Estaba parada frente a la puerta de la habitación de Allie, tenía que admitirlo estaba muy nerviosa, llevaba en mi mano unas flores y unas donas. Si no podía convencerla con palabras al menos mi grado de baja dignidad y esfuerzo lo haría.
Respire profundamente y entre, adentro estaba Sebas y en la cama estaba sentada Allie que me fulminaba con la mirada.
— ¿Qué haces aquí? —se aproximó a decir—Creo que deje claro que no quería verte.
—Lo mejor será que las deje solas—dijo Sebas levantándose le dio un beso a regañadientes a Allie y se fue, no antes de darme una sonrisa de apoyo.
—Lo siento—me acerque a ella y deje las cosas a un lado de la cama.
—Lo siento—repitió—Me vale, no me interesa, eres la peor amiga que he podido tener y te odio.
En la manera en que pronunciaba las palabras pude sentir como cada una de impregnaba en mi pecho, causando un nudo en mi garganta.
Quizá tenía razón
Y sin antes premeditarlo, comencé a llorar.
—Oye, Hal... no—me acerque a ella y la abrace ahogando mis sollozos en su pecho—Te perdono, no eres la peor amiga del mundo y no te odio, si, solo...—se hizo a un lado para que me acostase a su lado, me quede ahí abrazándola.
Dándome cuenta que mis sollozos eran causados también por la inseguridad que me estaba carcomiendo.
—Lo siento—balbucee.
— ¿Qué pasa? —dijo mi amiga conociéndome.
—Nada—me incorpore y la mire limpiando mi rostro—Nada.
—No creo que lo que te dije te haya afectado, al menos no para hacerte llorar de esa manera ¿Es Estefan?
Negué rápidamente.
—No, soy yo.
— ¿Tu?
Hice una pausa larga y lenta, intentando no llorar cada vez que intentaba decir alguna palabra.
—Siento...—ni sabia como explicar cómo me sentía—Miedo... inseguridad... no sé por qué motivo... Estefan y yo estamos bien, de hecho ayer estábamos en la playa... pero cuando estoy con él siento como si tuviese que aferrarme a cada minuto que paso junto a él... como si...
Sebas abrió la puerta, sobresaltándome, su ceño se frunció al segundo que me vio.
— ¿Cariño, no crees que se te pasó la mano? —le preguntó a Allie, ella hizo el intento de lanzarle una almohada pero siquiera cayó al suelo.
— ¿Qué quieres?
—Voy a comprar algo de comer ¿Quieres que les traiga algo?
—A ti—respondió sin ninguna vergüenza, él se acercó y le dio un beso.
—No me tardo.
Se volvieron a besar antes de que se fuera, dejándonos de nuevo sola.
— ¿Has hablado con Estefan?
Negué.
—No dejamos de discutir, un día estamos celándonos y discutiendo y al otro no nos podemos separar...—el recuerdo de la noche cuando fuimos al bar se me impregnó en la cabeza, haciéndome sonreír—No quiero que crea que esto lo que siento sea motivo de los celos.
— ¿Y no lo son?
—No del todo—admití.
—Creo que deberías hablar con él... al menos intentarlo—me tomó de la mano— ¿Y si estas teniendo una premonición de algo gordo?
—No soy adivina, Al.
—No pero tampoco descarto la idea, tu y Estefan son como dos imanes que se mantienen juntos y quizá estas sintiendo algo que se puede evitar.
— ¿Cómo qué?
—Como que tu y Estefan... ya sabes...—me miró estudiando mi rostro—Terminen.
Me quede en silencio, solo dándome un segundo en imaginarlo.
—No...
— ¿Por qué no suenas convincente?
—No—volví a repetir y esta vez mas convencida.
—Pásame eso—susurró viendo la caja de donas, le pase el de nutella que tanto le fascinaba y cogí uno de glaseado—Ahora dime porque demonios no has venido a verme o al menos llamarme—la decepción de pronto se le paso por sus ojos— ¿Es por el bebe?
—No vuelvas a decir eso—dije firme casi queriendo pegarle la dona en la cara—Se supone que Estefan no quería que se lo dijese a nadie pero tú no estás en esa lista.
Comencé a contarle todo lo sucedido, desde la noche en que atacaron a Estefan hasta la discusión que tuve con Raquel. Tenía que admitir que me sentía un poco mejor, al menos no me sentía en el abismo que me estaba creando y que estaba evitando.
—Hasta que tu no la dejes calva a esa tal Raquel no se quedara quieta, cree que porque estuvo con Estefan en ese tiempo es de ella, es que se le olvida que ustedes casi que nacieron juntos o que.
Me acosté de nuevo a su lado y deslice cuidadosamente mi mano por su pronunciado abdomen.
— ¿Cómo esta?
—Creciendo—susurró—Quiere salir antes de tiempo, me mandaron reposo absoluto... el doctor nos iba a decir el sexo del bebe pero me negué... quiero que sea sorpresa.
—Sera niña—dije sin más.
—Sebas quiere que sea un niño.
—Sera niña, tiene que serlo—sonreí de solo imaginar a una pequeña Allie.
—Yo también quiero que sea niña...
Hola mis amores, feliz fin de semana.
Espero que esten muuuy bieeeen y que le haya gustado el caaaaap.
Los adooooro, nos vemoos en la semana.
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VOLVERIA A TI.
RomanceA veces un amor puede estar entre lo imperdible y lo recuperable. A veces no te das cuenta que aunque la tormenta haya pasado, se quedan sus secuelas. Acompáñanos a averiguar lo que quedó de este imperdible amor. Secuela de Imperdible Am...