Estefan manejó hacia nuestra casa, quedaba un poco lejos pero valía la pena, no me apetecía que mi madre fuese testigo de nuestros actos sexuales.
Cuando llegamos a casa, Estefan cogió de mí y me acorraló contra la pared, comenzó a besarme con desesperación e ímpetu, sus manos recorrían cada parte de mi cuerpo, acariciándome, haciendo que la tensión en la habitación aumentara.
—Estefan...—farfulle casi entrando en un colapso por el descenso de su mano.
—Amo ese vestido—canturreó la canción de Bruno Mars, besando el lóbulo de mi oreja—Pero no lo necesitaras más.
Hicimos el amor ahí mismo, contra la pared, sin miedo a que algún vecino nos escuchase, grite su nombre cada vez que se encargaba de envestirme, cada vez era mejor, cada vez se sentía mejor.
Al final casi sin aliento, Estefan me llevó hacia la habitación, tumbándonos a los dos en la cama, comenzó a dejarme besos por todo mi cuerpo.
—Te amo—susurró volviéndose a hundir en mi, esta vez con calma, lentamente, lo hice rodar para quedar encima de él y esta vez fui yo quien se movía, Estefan se incorporó para verme y robarme varios besos, gimiendo, susurrando mi nombre que terminarían en mi garganta.
Al terminar, exhaustos, me quede encima de su torso, sus manos me acariciaban la espalda.
—Debería llamar a mama, decirle que no iremos esta noche a casa—balbucee.
—Lo hice en el auto.
—Tenías todo calculado—me incline para dejarle un beso casto, volviendo a la misma posición de antes.
—Buenas noches, mi amor—susurró, antes de lo que tenía pensado, ya me había dormido.
Me había despertado a la mitad de la cama, Estefan no estaba, la habitación estaba alumbrada por la luz del farol de afuera, me estire y me tape con la sabana en busca de Estefan, di saltitos hasta llegar a la sala, Estefan estaba cocinando, me apoye de la pared para verle, solo llevaba unos pantalones de pijama que caían sobre sus caderas, no podía dejar de mirarle.
—Hola—susurró al verme, dejó lo que estaba haciendo y se me acercó pasando sus manos bajo la cobija— ¿Cómo dormiste?
—Muy bien—susurre con una sonrisa tonta en mi cara—Pero no estabas cuando desperté.
—Tenía que llevarte el desayuno a la cama—me reí consiente que llevábamos todo el día durmiendo.
—Hubieses sido un buen desayuno—dije dando un paso hacia adelante y agarrando un panqueque de la pila que había para comerlos, Estefan me siguió dejando un beso en mi cuello.
—Puedo ser el postre—sugirió aun dejando besitos por mis hombros.
—Me voy a duchar mejor—sentí su risa en mi espalda, me di la vuelta para deslizar mis manos por su cuello y dejarle un casto y lento beso—Gracias por lo de ayer.
—No me agradezca—dejó otro beso—También lo disfrute, mucho.
—Podemos repetirlo cuando quieras—me mordí el labio evitando reírme, sus ojos flamearon de deseo inmediatamente—Pero ahora me duchare.
—Quizá me una.
Cuando iba de regreso a la habitación deje caer lo único que cubría mi cuerpo desnudo, comencé a correr cuando Estefan fue tras de mí, cogiéndome de la cintura, izándome y llevándome al baño, nos bañamos entre risas, recordando lo bueno que se podía estar.
Hello.
¿Como están? Espero que estén bien y que hayan disfrutado el corto cap
Los adorooo y gracias por leer.
Nos vemos el miércoles y que pasen felices halloween
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VOLVERIA A TI.
RomanceA veces un amor puede estar entre lo imperdible y lo recuperable. A veces no te das cuenta que aunque la tormenta haya pasado, se quedan sus secuelas. Acompáñanos a averiguar lo que quedó de este imperdible amor. Secuela de Imperdible Am...