Capitulo 48

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A la mañana siguiente estaba como me había dormido, Estefan estaba de lado aun dormido, me levante sin hacer casi ruido y fui a la cocina a preparar tostadas, huevo revuelto y tocino.

Tome nuestros platos listos y los lleve a la habitación junto con el medicamento que nos había dado el doctor para el dolor.

—Pensé que te habías ido a la universidad—dijo apenas entre.

—Hoy es sábado, amor—respondí sentándome en la cama.

—Cierto, sábado.

—Traje desayuno y medicamentos.

—Uhg—arrugó su nariz—Detesto los medicamentos.

—Déjame ayudarte—me levante para ayudarlo a sentarse, algo que no me dejó, sin embargo aprovechó para besarme.

—Buenos días, amor—dijo entre sonrisas—Anoche entre tanto no te agradecí por haberme salvado, definitivamente, eres la chica con la que me quiero casar y te amo.

—Te amo, mi vida—deslice mi mano por su mejilla—Tengo que cuidarte para que cumplas tus promesas, así que comamos y toma el medicamento.

—Lo hare.

Comimos y nos acostamos a ver película todo el día.

No nos habíamos parado de la cama sino para ir al baño.

—Tengo que contarle a mi madre lo sucedido—dije viéndole mientras que los créditos pasaban en la tv.

—No hay que preocuparla—respondió viéndome—Lo más seguro es que se venga—me le quede viendo—Y ahorita estamos bien, no quiero que me visite nadie ahorita.

—Está bien—susurre, me senté—Voy a cocinar.

— ¿Puedo acompañarte?

—Claro, tonto—lo ayude a levantarse y lo senté en el sofá.

—Estás hermosa—dijo viéndome desde la cocina, me acerque a él y le di un beso.

—Y tú también estás hermosa, amor—respondí riendo.

—Muy graciosa.

—Lo se.  

Volví a la cocina y comencé a cocinar pasta a la carbonara, Estefan le gustaba y a mí me provoca.

Serví la comida y nos sentamos a comer en el sofá, me le quede viendo.

— ¿Amor, una pregunta?

—Dime.

— ¿No reconociste a nadie ayer, nadie te pareció conocido?

Estefan frunció el ceño.

—No lo sé, Hal ¿Por qué?

—Ayer cuando todos se fueron corriendo, hubo uno que se me quedó viendo, yo... lo he visto antes, en la manera... su cuerpo, su manera de caminar, no lo sé, amor, pero no puedo borrarlo de mi cabeza.

—Solo espero que no haya sido nadie de la universidad—me le quede viendo, tratando de no pensar en eso.

Terminamos de comer y regresamos a la habitación para seguir viendo películas.

—Acércate mas—susurró llamando mi atención, aun viendo la tv.

—No lo hare, puedo hacerte daño.

—No me vas a lastimar—volvió a insistir, esta vez estirando su mano para que me acercara.

—Podrías perder los puntos, si llegase a suceder.

—Amor, por favor—me miró—Necesito tenerte cerca.

—Si crees que me vas a convencer con esos ojitos y esa vocecita, estas bien...

—Amor...

Me le quede viendo. Me acerque un poquito.

—Un poco más.

—Estefan...

—No me hagas usar la fuerza—al decir eso me deslice lo suficientemente cerca, su brazo derecho lo pasó por mis hombros, manteniéndome ahí.

— ¿Mejor?

—Tu respóndeme eso—dijo viéndome, lo tenía demasiado cerca.

—Si—asentí sintiendo mi corazón latir rápido. 


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VOLVERIA A TI.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora