—Ya quiero ver a los chicos—dije guardando las cartas, nos quedaba ya pocos días para las vacaciones y eso me ponía muy feliz.
—Yo también, estoy planeando hacer muchas cosas para hacer con los chicos para completar el tiempo que no he estado con ellos, es la primera que nos separamos por tanto tiempo—respondió tomándome de la cintura y volviendo a cogerme en brazos.
Me le quede viendo fijamente, sus ojos recorrían mi rostro.
— ¿Qué? —dije sonriendo.
— ¿Te quieres casar conmigo? —me preguntó sabiendo ya la respuesta.
Cogí su rostro entre mis manos, así como lo había hecho él antes y lo bese muy lentamente, sus manos se aferraron a mi cintura.
—Me casaría contigo ciento un mil veces—susurre entre su boca, sonriendo.
—Ciento un mil veces es muy poco—respondió entre mi boca.
—Entonces todas las veces que sea posible—me aleje para verle la expresión, tenía sus ojos oscuros—Tengo que cambiarme—hable deteniendo el momento que estábamos teniendo.
— ¿Puedo ayudar con eso?
Levante mis brazos para que me quitara la camisa, él captó el mensaje inmediatamente, sus manos subieron por mi cintura y cogieron la tela, la sacó por mi cabeza, dejándome desnuda por la parte de arriba, sus ojos se desviaron para luego rozar sus manos por mi piel sensible a su tacto.
— ¿Te gusta? —pregunte sintiendo mis mejillas arder.
—Me gusta. Me gustas—respondió asintiendo, tomó mi mano y me besó donde tenía el anillo que me había dado, no me lo había quitado desde entonces y ya se había marcado la silueta del anillo en mi dedo—Nunca había soñado casarme con alguien y no espero el día en el que pueda casarme contigo.
—Yo tampoco—dije—Aun no me lo imagino, el día, no sé si quiero algo grande o algo pequeño, no sé si quiero llevar un vestido enorme o uno simple—admití sintiendo la duda cosquillear mi cuerpo—Lo único que estoy completamente segura y creo que es importante es que lo quiero hacer contigo.
—Prométeme que cueste lo que cueste, lo vamos a hacer—volvió a besar mi mano—Casarnos y hacer lo posible para que funcione.
—Si no me engañas—bromee, él puso automáticamente mala cara y aproveche besarle los labios fruncidos—Solo bromeo, lo prometo.
Sus manos se deslizaron por mi espalda y pegó mi torso desnudo al de él, su piel cálida me daba tranquilidad. Me acostó debajo de él y comenzó a esparcir besos uno a uno por mi rostro y mi cuello, se arrodilló frente a mí, sus manos se desviaron por la zona sur para quitar mis shorts, alce mis caderas para ayudarle, sus ojos me recorrían y podía sentir como mi piel picaba para que me tocara, quede desnuda frente a él, sus manos recorrieron mis muslos, haciéndome estremecer, antes de que cerrara mis ojos, él ya estaba desnudo.
Se inclinó hacia mí y volvió a besarme, lento y castamente, disfrutando y explorando mi boca, me penetró lento para volver a salir rápidamente, abrí mis ojos.
—No me tortures—susurre mordiéndome el labio, su sonrisa se agrandó para volver a entrar en mi, sus caderas se movían rítmicamente mientras que yo mordía mi labio para no hacer ruido alguno, mi madre estaría pendiente de nuestros movimientos luego de habernos visto desnudos en el baño y realmente no quería tener una conversación de nuevo con mi madre y el uso de preservativos.
— ¿Así está bien? —asentí abriendo mis ojos para verle, su dedo liberó mi labio inferior para besarme, casi hambriento, antes de que se me escapara un gemido sus caderas bajaron el ritmo.
—Estefan...
—Lo sé.
Siguió moviéndose lentamente, me cogió de las manos y entrelazó sus dedos con los míos, su boca descendió por mi cuello para luego devorar mis senos, no sabía si iba a morir esa noche ahí justo en la cama pero lo único que sabía era que me gustaba lo que estaba haciendo justo ahora con su boca.
—Estefan...—volví a repetir, sintiendo como poco a poco mi cuerpo comenzaba a temblar, dejó de besar mis senos y volvió a besarme antes de que aullara su nombre por la habitación, su boca retuvo mi orgasmo, nuestras respiraciones eran descoordinadas, podía sentir el sudor deslizarse por mi abdomen. Estefan me miró dulcemente y volvió a besarme, esta vez dejando castos besos por mi boca.
—Podría hacer esto todos los días—dije suspirando.
—Yo no me opongo—respondió.
Él se acostó en su lado de la cama y yo me deslice en su dorso, no me apetecía vestirme, hacer el amor con tanta intensidad me dejaba exhausta, su mano se movía de arriba abajo en mi espalda.
—Buenas noches—susurre escuchando los latidos de su corazón.
—Buenas noches, mi amor—respondió besando lacoronilla de mi cabeza
Hola mis amores, se que lo subo un poco tarde y lamento eso.
Espero que no sea tan corto y que les haya gustado
Nos vemos el miércoles.
Los adooooro.
Besis

ESTÁS LEYENDO
VOLVERIA A TI.
RomantizmA veces un amor puede estar entre lo imperdible y lo recuperable. A veces no te das cuenta que aunque la tormenta haya pasado, se quedan sus secuelas. Acompáñanos a averiguar lo que quedó de este imperdible amor. Secuela de Imperdible Am...