0 4

12.2K 1.1K 244
                                    

Cinco meses después, y yo no tengo trabajo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Cinco meses después, y yo no tengo trabajo. Es horrible. Mis ahorros están acabándose. Cada empresa a la que quiero entrar, tiene el infortunio de conocer a padre, y desiste de contratarme. Por suerte una que otra ex amiga de madre, me llama para solicitar mis servicios.

Sé que lo hacen solo porque odian a madre, y quieren presumirle que fue su hija la que decoró su mansión. Y como no me importa las rencillas de mi familia, acepto gustosa. ¡Es dinero! ¡Y bien ganado! Si ellos no quieren que me venda al enemigo, debieron pensarlo mejor antes de reducir mis posibilidades de trabajar.

¿Entonces la entrevista no resultó? —me preguntó Scott.

—No. Me dijeron que tenía todo lo que buscaban, pero...

¡Ugh! Ni lo digas... "Tenemos advertido no contratarte por órdenes de Lord Wallace..."

Fue como si Scott hubiese estado en la entrevista conmigo. Pero, en realidad el cuento ya era viejo para nosotros. Ya me estoy desilusionando en seguir buscando trabajo.

—Sabes, recibí una oferta por correo de un tipo que vio mis fotos en Instagram... —empecé a decir, con una sonrisa traviesa crispando mis labios.

¿Ah sí? No sabía que tenías fotos de tu trabajo en tu cuenta personal, Nina.

—Y no las tengo, era un reclutador de futuras estrellas porno. Dijo que tengo el talento nato. Sabes, Scott, está pagando muy bien por dos horas de sexo.

Me reí cuando Scott se carcajeó al teléfono. En algún momento la oferta de ese hombre será demasiado tentadora si no logro conseguir un empleo decente. Además, es sexo, digo, no me importaría conseguir al fin un par de orgasmos de profesionales en la materia.

Joder, hermana. Busca otras opciones y deja esa como tu última alternativa, ¿quieres?

Rodé mis ojos, sonriendo.

—Descuida, no está en mis opciones inmediatas.

No por ahora, claro. Pero Scott no tenía que saberlo. Nadie conocía mi pequeño secreto, y dudo que algún hombre con el que estuve lo haya notado. Ahora que estaba soltera, finalmente soltera, podría intentarlo por mi cuenta.

Tal vez al estar solo con los hombres que mi padre me permitió, bloqueó inconscientemente mis habilidades para disfrutarlo.

Tomé las solapas de mi abrigo con mi mano cuando el frío viento de la tarde heló mi cuerpo. Ya estaba cerca de casa, caminando por la acera como cualquier peatón. No quiero vender mi auto aún, amo mi mini cooper. Pero si no puedo pagar la gasolina, no puedo conducirlo.

—Nina...

Me detuve fuera de la entrada de mi edificio. Corté la llamada con Scott, y giré sobre mis talones en el peldaño que estaba subida. Justo ahí, saliendo de su caro Mercedes de último año, estaba Calum. Luciendo tan poderoso y adinerado.

NO JUEGUES CON EL PERVERSO ABOGADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora