5 8

8.7K 801 98
                                    

[GREG]

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

[GREG]

El buen sexo es ese que me deja viendo puntos negros casi a punto de perder la consciencia por la falta de sangre. Donde a mi cerebro se le pasa enviar razones a mis pulmones para seguir inhalando oxígeno. No hay emoción más satisfactoria que caer extasiado sobre el laxo cuerpo de mi bella rubia, sentir su húmeda piel contra mi pecho. Todavía sumergido en su caliente funda, sintiendo las secuelas de su orgasmo.

—Oh por Dios... —jadeó Nina, hundiendo su rostro en la almohada delante de ella—. Casi me quedo sin voz...

Yo estaba sobre su espalda, medio aplastándola con mi peso. Mi rostro ocultó en su cuello, respirando con pesadez. Sonreí feliz, besando su salada piel, estábamos sudados en su cama. Las sábanas arrugadas debajo de nosotros revelaban lo que habíamos hecho las últimas dos horas. Follar, solo como nosotros podemos.

—Tal vez en el siguiente polvo logro que la pierdas por completo, nena —murmuré excitado, tomando el lóbulo de su oreja entre mis labios.

—Eres un perverso...

Nina rió divertida, sus hombros temblaron mientras su risa llenaba el silencio de la habitación. Reí con ella, aunque yo estaba seguro que podría hacerla gritar mi nombre por más tiempo. La amo completa, en especial cuando está debajo de mí, gimiendo de placer sin ocultarse, consciente que solo yo lograré hacer que ella culmine todas las veces posibles.

—Mmm... —gruñí impaciente— Nina deja de menear tu culo así, o vamos a iniciar de cero.

—Creo que voy a necesitar comida antes, o me desmayaré a la mitad... —suspiró adormilada.

Estaba a punto de quitarme de encima, apenas hice ademan con mis brazos para separarme del cuerpo de Nina cuando escuchamos los incesantes aporreos a la puerta.

Sonreí.

—¿Quién es? —espeté por lo alto, fingiendo curiosidad.

Claro que ya sabía quién era. Pero no me canso de fastidiarlo.

—¡Maldita sea! ¡¿Al menos podrían respetar las jodidas mañanas?! —gruñó Aiden—. ¡Ayer apenas pude dormir con su maldito porno auditivo! ¡¿Cómo carajo ustedes se pueden despertar temprano solo para follar?! ¡¿¡Están locos!?!

Nina hundió el rostro en la almohada y empezó a reírse quedito. No iba a encontrar mejillas de vergüenza, es una de las cosas que me enorgullecía de ella. Mi bella rubia es más que feliz de admitir que goza del mejor sexo en su vida, proporcionado por mí.

—Amigo... te advertí que me quedaría con Nina, tú mismo debiste de deducir qué carajos iba a ocurrir —respondí fastidiado, mirando hacia la puerta cerrada sobre mi hombro—. Además, tienes dos apartamentos y un hotel en perfecto estado donde podrías pasar la noche, Aiden. ¿Por qué carajo decides quedarte aquí?

Tampoco estaba abriendo la puerta, ni siquiera tenía ganas de salir del interior de Nina. Ella no se miraba muy angustiada por distanciarse igual. La flojera post orgasmo es lo mejor.

NO JUEGUES CON EL PERVERSO ABOGADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora