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[GREG]

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[GREG]

Londres es estresante por los momentos. Nuevos proyectos, nuevos contratos, mismos problemas familiares. Es un desastre. La fiesta de aniversario de los padres de Aiden no pudo ser mejor bienvenida para escapar del estrés.

Clarice insistió en tenernos en su casa del viñedo, pero podía sentir el drama que se avecinaba con Jason y Aiden bajo un mismo techo. Desde el accidente que los involucraba donde mi mejor amigo terminó en el hospital por casi una semana gracias a la idiotez de Jason, los hermanos Quest no habían vuelto a ser los mismos.

Y yo no quería ni una mínima muestra de conflicto en este viaje, nada, absolutamente nada. Deseaba que fuese un fin de semana perfecto para Nina. Algo que jamás olvidará y que le dará gusto recordar siempre.

—¿Estás seguro que Clarice y Michael no se enojarán con nosotros, Greg? —preguntó Nina, apenas se abrieron las puertas del ascensor en el piso cuatro del hotel.

Aquella vieja hacienda de la Toscana que perteneció a un antiguo rey italiano, ahora era un lujoso y exclusivo hotel. Las habitaciones eran escasas, y la clientela jamás faltaba. El lugar lo tenía todo, era un pequeño paraíso del Edén lleno de opulencia, apartado de la civilización y el molesto ruido de la ciudad.

Es perfecto.

Tenía cada movimiento pre-calculado: conseguí la misma habitación en la que Nina se alojó por primera vez, cuando este sitio todavía se hallaba en obras de remodelación. Mi casa a las afueras de Florencia estaba siendo condicionada para recibirnos en unos días, con comida, la piscina limpia y varias habitaciones disponibles. Ethan también hacía de las suyas en Londres, al igual que Mick, estaba esperando su llamada con ansías.

—Nina... yo mismo hablé con Michael y le expliqué por qué decidimos hospedarnos aquí. No te espantes, no le dije que era por el drama de sus hijos, sino porque estos son tus diseños y tal vez después de dos años, sería bueno si comenzamos a pensar en pequeñas mejoras para el lugar. ¿No te parece?

Mi novia se relajó ante mi bonita mentira. En realidad, ninguna de esas excusas salió de mis labios al hablar con Michael para rechazar cortésmente su invitación. Pero ella no podía saber mis planes por los momentos, quiero sorprenderla. Dudo que se imagine que llevo un nuevo anillo de compromiso en mi bolsillo, y que estoy rezando desde ayer para que el cielo me ayude y ella diga que sí.

—Supongo que tiene sentido. Ya me fijé en varios detalles del vestíbulo que debemos mejorar, empezaré a redactar las notas apenas estemos en la habitación...

Caminábamos por el pasillo del último piso, pero me detuve apenas escuché su queja. Nina también se detuvo, mirándome con cierta sorpresa ante mi serio rostro.

—Espero sea una mala broma, nena. No puedes estar pensando en trabajar, eso es lo último que tiene que estar en tu cabeza justo ahora —le advertí fastidiado.

NO JUEGUES CON EL PERVERSO ABOGADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora