[Dos años después]
No es necesario enfrentar a la muerte para que los recuerdos de mi vida nublen mis ojos de vez en cuando. Solo aparecen de la nada, quizás en esos momentos turbios en los que necesito saber cómo llegué hasta aquí.
Por ejemplo, con Greg. Recuerdo con un mal sabor de boca, el tiempo que él y yo no nos conocíamos y cómo esa sensación cambia exactamente el día que cruzamos miradas. Desde entonces nuestra vida se volvió un sube y baja de expectaciones y dolor. Pero logramos equilibrarnos. Han sido meses de completa maravilla, con una que otra discusión que acaba más rápido de lo que empieza.
Él sinceramente es mi mejor amigo. Mi amante. Mi novio. Creo que, sin proponerlo, nos hemos puesto muy cómodos en la compañía del otro. Sin secretos, sin falsas expectaciones, solo disfrutando el ahora, rememorando el pasado y añorando un futuro juntos, sin decirlo...
Una vez más, exhalé un largo suspiro que movió un par de mechones rubios que caían sobre mi rostro. Mi reflejo frente a mí, estaba igual de aliviada con la noticia entre mis dedos. Salí del baño de Greg, alzando la varita plástica en mi mano.
Obtuve la atención de mi novio en un segundo, estaba sentado a orillas de su cama, usando solo su bóxer gris. Mantuvo sus brazos cruzados hasta que sus ojos oscuros se desplazaron del suelo hacia mi rostro, lo vi sujetarse al borde del colchón, tragando seco.
—Y... oficialmente —advertí seria, cortándole el aire a Greg—, no estamos esperando nada.
—¡Sí!
Greg alzó los brazos en un gesto de victoria que me sacó una carcajada. El hombre se dejó caer de espaldas sobre la cama, no esperé ni dos segundos cuando ya me estaba acercando a él. Trepé sobre su cuerpo, sentándome a horcajadas sobre su pelvis. Le mostré la prueba de embarazo cacera y él la tomó, frunciéndole el ceño mientras miraba el resultado.
—Así que tu periodo solo se retrasó... —murmuró intrigado.
Cabeceé un sí. Él alzó su mano y chocamos los cinco. Sonreí divertida de su cara de alivio absoluto.
—No puedo creer que estemos festejando que no seremos padres —admití risueña—. Me siento una mala persona... hay gente que sí quiere hijos.
No esperé sus movimientos, me tomó por sorpresa que Greg rodease mi cintura con un brazo y cambiáramos posiciones en un abrir y cerrar de ojos. De pronto su cuerpo tibio cubría el mío. No pude evitarlo, mis manos acariciaron su piel, vagaron por su espalda y los costados de su duro abdomen. Cuando alcé mi mirada bajo mis pestañas, ese par de ojos pardos seguían fijos en mí, con una picaresca malicia que me encanta.
—Nena, hace un par de meses que siento que criamos a tres hijos. Ethan es un jodido dolor de cabeza, Madison y sus asuntos de novios, y luego Nat, sinceramente es la única que no causa líos...
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NO JUEGUES CON EL PERVERSO ABOGADO
ChickLit[T E R M I N A D A] #2 Nina desea una sola cosa: tener control de su destino. Sus padres han gobernado cada instante de su vida, desde cómo vestir hasta con quién acostarse. En cuanto ve su oportunidad de ser libre, ella no lo piensa dos veces para...