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"Prometo estar ahí para ti, siempre, incluso cuando no puedas verme

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"Prometo estar ahí para ti, siempre, incluso cuando no puedas verme." Cuán ciertos terminaron siendo sus votos matrimoniales. Podía sentir a Greg bajo mi piel, tatuado en mi sangre y sin forma posible de arrancarlo sin quedar rota para siempre.

No quiero arrojar la toalla, no puedo permitirlo, pero ¡Dios! Esto es tan difícil. Cada día es una cuerda rota, cada día me desespero más. He sido fuerte todo este tiempo, incluso con mis recuerdos bombardeándome día y noche, me he mantenido de pie. Sin embargo, puedo sentir cómo voy perdiendo la batalla, cómo mis esperanzas están zozobrando en un océano de miedos...

—Nina... —me llamó Mick, sacándome de mis locos pensamientos.

Dejé de darle vueltas al anillo de bodas en mi dedo anular, sentí las iniciales de Greg bajo mi pulgar. Alcé la mirada hacia los ojos consternados del hombre.

—Lo siento, Mick... ¿qué dijiste? He estado un poco más distraída de lo usual estos últimos días.

Él soltó un pesado suspiro, pasando una mano por su cabello corto. Miró hacia fuera por la ventana de la cafetería antes de regresar su atención a mis ojos. Lucía contrariado, más afligido que de costumbre.

—Quiero saber si confías en mí. Porque contratar a un investigador privado dice todo lo contrario, así como hablar con otros agentes de INTERPOL cuando te prometí que resolvería esto...

Encogí un hombro, antes de pasar una mano por mis ojos. El agotamiento terminaría siendo mi causa de muerte. Ya lo veía venir.

—Mick, no es personal, pero sé que tú no me lo estás diciendo todo —le confesé resignada—. En realidad, parece que nadie me quiere decir todo lo que está ocurriendo. Ni siquiera Greg quiso darme demasiada información cuando preguntaba. Y míranos ahora, estoy a una mala noticia de perder el control...

El detective bajó la mirada, culpable.

—Perder a Greg ya es un problema enorme, Nina. Que tú busques información por tu cuenta, te está conduciendo por su mismo camino —susurró Mick, descompensado—. Piensa en Colin...

—¡¿En quién crees que pienso, Mick?! Honestamente, ¡¿Dime?! —escupí cabreada, dando un manotazo a la mesa— Colin necesita a su padre, tanto como me necesita a mí lúcida. ¿Y sabes que es lo peor? Que no tiene a Greg y mi esfuerzo por ser madre apenas es suficiente. No tener una sola idea de mi esposo me va a volver loca, y todos insisten en quedarse callados cuando quiero saber la verdad. Así que, si no me dirás lo que sabes justo aquí y ahora, voy a buscar a alguien que sí sepa...

Mick boqueó sorprendido antes de soltar un jadeo. ¿Piensa que es el único que oculta cosas? ¡Llevo un jodido mes con la angustia asfixiándome por las noches y todo el mundo considera que estoy sobrellevándolo muy bien! Voy a perder la cabeza, y no me puedo dar el lujo de hacerlo, no voy a dejar a Colin solo. Pero ya no sé cómo calmar tanta desesperación, tanta rabia que me hace temblar.

NO JUEGUES CON EL PERVERSO ABOGADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora