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Todo lo que alguna vez quise para mi mejor amiga, lo estaba viendo suceder frente a mis ojos

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Todo lo que alguna vez quise para mi mejor amiga, lo estaba viendo suceder frente a mis ojos. Hubo un tiempo donde deseé que dejase de encerrar sus problemas y pudiese expresarlos, que encontrase a ese alguien que moviera su piso y le mostrase lo bonito de la vida, que recuperase la fe en ella misma. Dios. He pedido mucho para Madison. Y al final del día, todo se resumía a una sola cosa, solo deseaba que ella fuese feliz...

—No puedo creerlo —admití, con una enorme sonrisa que no podía ocultar al ver lo bonita que lucía Maddie en su vestido de novia—. Eres una mujer casada ahora.

Madison se sonrojo, mordiendo su sonrisa.

—Lo sé —jadeó mi amiga, sorprendida—, todo esto es tan loco. Aiden y yo estamos casados, hablo con mis padres de nuevo... y ¿Alguna vez te imaginaste a esos dos juntos como personas civilizadas?

Maddie miró más allá de su hombro hacia su nuevo esposo sentado a la mesa nupcial hablando a gusto con su hermano mayor. Jason había cambiado mucho en un par de meses, ya no era aquel cretino intransigente que no tenía respeto por nadie.

Según mis fuentes, necesitó una buena paliza para regresarle el sentido común. Me habría gustado que eso me hiciera sentir bien. Pero verlo en muletas con su pierna enyesada, con un moretón en su mejilla, labio roto por culpa de una loca que casi lo mata, no era precisamente regocijo para mi alma.

—Pues no, pero tampoco me imaginé que Aiden y tú fuesen a tener un bebé. Y mírate ahora.

Mi amiga giró su rostro de inmediato, mejillas ruborizadas y labios en forma de o. Se quedó perpleja antes de empezar a reír conmigo. Ella tenía mucha razón, ha sido un día de locos. No solo fue una preciosa boda, sino que los hermanos Quest se llevaban mejor que nunca, además que Madison logró detenernos el corazón a todos con su sorpresa de cumpleaños para Aiden. ¡Un hijo! ¡Finalmente!

Después que Maddie me revelase en la tarde que Aiden sentía celos porque todos a su alrededor empezaban a formar familia menos ellos, me hizo sospechar que la morena de ojos violáceos ocultaba algo. Mis sentidos no me defraudaron, Madison esperaba un bebé. Definitivamente logró alargar la velada, ahora celebrábamos más que una boda.

—No le digas a nadie, Nina, pero estoy algo nerviosa con la idea del embarazo.

—Tonterías —bufé de inmediato—. Tú vas a estar bien. Me tienes a mí para aconsejarte, y Andrea por igual... y ya sabes que tu mamá y Clarice estarán más al pendiente de ti durante el embarazo. Así que no te debes de preocupar por nada.

Me alivia saber que Maddie tiene más de una persona a su lado que puede guiarla por una nueva faceta llamada embarazo. Me habría gustado tener el apoyo de madre, o de mis hermanas, ambas son menores que yo, pero me ganan en experiencia con bebés. Y sin embargo cada vez falta menos para el parto y no tengo noticias de ellas.

Sé que saben que estoy embarazada, pero actúan como si no. Finalmente obtuve lo que deseaba, que dejasen de entrometerse en mi vida. Y no se siente nada bien. Una parte de mí, las extraña. Lo único que quería era que me dejasen vivir y ser feliz por una sola vez en mi vida, no sabía que para hacerse realidad ellas tenían que salir de mi círculo personal.

NO JUEGUES CON EL PERVERSO ABOGADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora