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Estábamos en la nueva casa

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Estábamos en la nueva casa. Las personas que me ayudaron con la decoración de la habitación principal, acababan de irse. Froté mi vientre hinchado, un par de semanas más, y Colin estaría con nosotros. Estaba emocionada, sobre todo porque el peso de mi hijo me está matando y lo necesito fuera ya.

En otros tiempos, yo misma abría decorado mi propia habitación, no me gusta que la gente me ayude en cosas así. Pero hice feliz a Greg, contratando a varios de mis propios trabajadores en Quest Enterprise, para ayudarme con los últimos detalles. Fijar la alfombra, colocar los muebles, instalar las cortinas, ordenar los libros en el estante, y terminar de armar la cama. Era un trabajo pesado qué con ocho meses de embarazo, no iba a lograr por mi cuenta.

Ahora la habitación había quedado simplemente perfecta, me gustaba la sintonía de grises claros que había elegido, las sábanas, almohadas, incluso el sofá de dos plazas a los pies de la cama, encajaba en todo el lugar. El color de la alfombra y las paredes combinaban con las cortinas claras que estaban descorridas, mostrando la grandiosa vista del jardín a través del ventanal seccionado en tres partes que teníamos.

Dejé el jarrón de adorno sobre una de las mesitas negras de noche a la cabecera de la cama, entonces emprendí mi camino hacia el otro extremo de la habitación. Separé las puertas, para revelar el singular closet que habíamos construido. No hubo casa que pudiera brindarnos un espacio lo suficiente espacioso para ambos, así que Greg propuso la idea de hacer más grande la habitación principal, tomando otra recamara para crear un verdadero armario que ambos pudiéramos compartir.

Ahora lo teníamos, seguía vacío, toda una habitación, con estantes empotrados, gavetas, y suficiente espacio para almacenar zapatos, carteras, y demás accesorios. Casi podía sentir mis impulsos de compra picando bajo mi piel, quería llenar los estantes con cosas nuevas.

—¿Nina? —escuché el llamado de Greg desde fuera de la recamara. La puerta abierta dejó entrar su voz.

Regresé unos pasos atrás, para poder hablarle.

—Estoy en nuestra habitación, Greg...

—Voy en un minuto, cariño.

Sonreí ante su voz grave. Volví al closet, suspirando de alivio de casi estar en casa. La habitación de Colin también estaba casi lista. Un par de detalles más, como la cuna sin armar que Greg seguía instalando solo. Porque: "un padre responsable hace las cosas él mismo", me está volviendo loca con sus raros refranes para no admitir que se siente el macho alfa del lugar.

Justo como en el loft de Kensington, Greg me había pedido replicar su closet en mis diseños. No pude estar en contra, a mí también me gustaban sus muebles de madera pulcramente organizados, incluso había tomado su idea de un espejo en toda la pared del fondo.

—Oh Dios... —jadeé impactada, mirando el tamaño de mi vientre.

Me coloqué en mi perfil derecho, luego el izquierdo. Incluso alimentándome apropiadamente es imposible evitar subir libras de extras en el embarazo, y justo eso estaba viendo. Mis pechos más llenos, tenía más trasero y piernas. No quería hablar del tamaño de mis mejillas, pero ya no eran las de antes. En mi cabeza, empecé a hacer planes para hacer ejercicio apenas me recuperase de Colin.

NO JUEGUES CON EL PERVERSO ABOGADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora