L2 Furia en la base de Laksmi

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Solo quede en ese lugar meditando profundamente y de accidente tuve una revelación, un cambio iba a haber en el lugar, una profecía que ahora no revelare. Tenemos esos días que al parecer no nos va bien y el mío no era muy bueno aunque invocaba todas las fuerzas universales para torcer mi día y medite. El por qué nunca fui oficialmente aceptado en el monasterio lo sabía, es que era muy blando, siempre considerando al otro, a lo correcto o al débil esas eran premisas que había que abandonar a veces por las propias convicciones. Hoy era lo que era gracias a eso, era lo que era gracias a mi pasado, pero este ya no se podía cambiar solo me dirigía a mi futuro, pero este no existía, solo tenemos el hoy, no futuro, no pasado, solo hoy y en pos de un hoy venturoso debía de hacer lo correcto por mas que me tildaran de blando. No sabía bien hacia donde se encaminaba la lejanía de mi futuro, no lo había podido leer, anuqué sospechaba algo, que en realidad si lo había echo y había decidido olvidar, eso era algo que yo haría y sabía hacer. Futuro, joya mutable como el agua que se adapta a donde lo guardemos, a lo que hagamos en el hoy. No era mucho de darle vueltas a estas cosas pero algo me obsesionaba, algo que sabía y había olvidado, pero que seria, me embargaba la duda. Pasado, roca que cae en el estanque de la vida y provoca ondas constantemente, modificando todo lo que vivimos y todo lo que se crear, a veces, sin poder vaticinar ni un segundo. Solo quería la paz en este momento pero algo había en este lugar dominado por mujeres que me preguntaba mi ki vibraba en una extraña frecuencia pero pensando mejor era el eco de otro ki, lejano, no se, cercano no lo intuía, había otro ki que llamaba al mío. Hoy no podía meditar en paz, por lo visto, así que me decidí pasear por aquel lugar solo ya que Asshara se había aburrido de verme meditar, que gracioso, algo bueno me había pasado, ya comenzaba el cambio.

Aquella meditación había abierto mi tercer ojo por un instante y me había dado acceso a la biblioteca universal y había adquirido un intuitivo conocimiento de este idioma, al parecer, pero era muy extraño como comprobaría, porque yo hablaba en mi idioma y ellos en el suyo, y nos comprendíamos igual, más tarde comprendería lo que había pasado.

Hacia calor y con mi pelaje no ayudaba a mitigar mi sed, entonces me acerque a uno de sus vertederos de agua, una especie de artefacto metálico que girando una perilla salía agua para beber cuando al hacerlo recibí una nalgada.

- Estas linda osito.- Me dijo una conscripta.- y dime. ¿Tienes novio?

No solo me sentí violado sino que despreciado, abrí la palma de mis garras superiores, las llene de ki y las dirigí hacia su rostro. La energía en esta lo lleno de pavor pero en el instante que iba a golpear su rostro la detuve haciéndole volar la gorra, esta mujer se orino, luego doble mis dedos haciéndole ver mis garras y luego cerré mi puño haciendo tronar mis nudillos y con cara de furia le dije.

- No, estoy soltero, pero te aconsejaría que no me tocaras de nuevo, no soy un hombre como los que tú conoces, además solo me podría fijar en alguien más fuerte que yo.

Termine de beber y me retire de esa zona temblando. A que grados estaba todo mal en ese lugar y la cuestión es. ¿Qué ganaría yo estando allí? Sé que debía cumplir algo, hacer algo, pedí al universo que me otorgara paciencia.

Entretuve mi día mirando esos extraños edificios rematados en metal con cosas girando cuando me abordaron unos conscriptos.

- ¿Tu has golpeado a un soldado?

- Yo no.

- Pues se te acuso de haber golpeado a un soldado y eso es algo muy grave.

Me rasque la nuca.

- ¿Ese soldado esta deforme o muerto.?

- No, no lo esta.- Respondió una mujer muy enojada.

Tome entonces una roca del suelo, una grande que encontré y la golpee con el puño pulverizándola.

- Entonces por mí no fue golpeada, a menos que tenga el rostro más duro que las rocas.

Estas no dijeron mas y se retiraron sin antes decir.

- No nos fuerces, que seas nuestra invitado no estas exento a cumplir nuestras leyes.

Válgame el ancestro primordial, se estaban ganando los boletos a un correctivo, todos ellas, cuando escuche un alboroto, fui, como un alma curiosa que soy a ver qué pasaba, para lo que vi no estaba preparado.

Vi a un hombre tirado al suelo, con sus ropas rotas rodeados de mujeres que al parecer lo habían golpeado, me acerque y me agache al verlo herido llame a la niebla verde para que curarlo.

- Porque lo golpean, no ven que no sabe luchar, no hay honor en eso.

- Es que se negó a tener sexo con una mujer y según nuestra ley debe morir apedreado.

Mi ki se escapo de mi cuerpo tirándolos al suelo abrazando a aquel hombre y le pregunte.

- Sabes hacia donde queda tu hogar, séamelo con el dedo.

Luego de ver que me lo señalaba vi cómo me rodeaban muchas de estas conscriptas hasta la capitana.

- ¿Qué es lo que haces?.- Dijo con un grito la capitana.- ¿Acaso quieres ir en contra de las leyes de nuestra profeta.

- Hay un refrán en mi tierra que dice "donde fueres has lo que vieres", pero no soy muy dado a los refranes.- Comencé a concentrar mi ki

- Si no entregas a ese rebelde serás ejecutado ahora mismo por ir en contra las enseñanzas de nuestra profeta.

Solté el ki acumulado en forma de energía dorada, cada instante valía. Coordine mi ki con el de ese desconocido y fuimos envueltos con energía dorada y comenzamos a flotar, me precia increíblemente lento todo, o era que el mundo se movía a velocidades sobrenaturalmente lentas o era que yo lo hacía increíblemente rápido; comencé a escuchar los estallidos de sus armas. Ráfagas de ki se desprendieron de mi golpeando a las presentes del lugar, las que tenían armas, algunas, rompiéndole brazos, a menos afortunadas aplastándole la cabeza sobre sus hombros. Mientras avanzaba hacia el cielo detone el ki de algunas de esas mujeres como si fueran bombas destruyendo varios de sus edificios, luego todo se normalizo y con un estallido que corrió las nubes del cielo volé a velocidad increíble hacia el lado contrario de donde me habían señalado.

El hombre estaba preso de terror y pronto vi uno no, tres de esos carros que comenzaron a seguirnos, me metí en una nube abandonando a mi carga ocultándolo en aquel blanco lugar para que esos carros con forma de flechas me siguieran. Comenzaron a dispararme ráfagas de metal, pero yo era muy rápido para que lograran apuntarme, asi que con un giro me dirigí hacia el sol, y cuando vi que estos se cegaban ejecute "Las mil manos de los ancestros", convirtiéndome por unos segundos en un pavorreal de brazos y luego soltando todas esas palmas hacia esos vehículos haciéndolos estallar de forma pavorosa no dejando ningún escombro de estos (o de los que hiban dentro) mas grande que una uña, las manos de los ancestros habían echo su labor. Fi con mas calma, pero con igual velocidad a por rescatado y cuando me considere lejos le dije.

- Hoy comienzas tu nueva vida, así que prepárate para convertirte en todo un hombre.

- Pero si hoy un hombre.- Me dijo dentro de la burbuja atemporal dorada que había creado para viajar.- Soy un hombre como la profeta manda.

Al parecer mi re educación seria larga, imprimí más velocidad, esta vez viajando al ras del mar.

Las aventuras de Qwon - #Wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora