L7 Condecorción

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Caramba que renovado se veía desde la terraza de mi casa todo. ¿Cuánto tiempo abre dormido? Cuando me fui no tenía mi casa hecha y ahora estaba terminada y con una gran edificación en mi honor a su lado. El pequeño Ariel vino a mí con gran alegría, al parecer sus berrinches habían ido creciendo mientras dormía. Lo abrace fuerte y poniendo mi esterilla y la suya a mi lado hice nuevamente el saludo al sol. Él no podía completar todo el saludo, era muy pequeño, pero si el final y el comienzo, ponía mucho énfasis en esto, me llenaba de orgullo. Según me dijeron más tarde había dormido casi cuatro meses si contamos a partir de la gran explosión. Luego de desayunar descanse en mi cama un poco para luego salir al patio, lo mire y dije.

- Tanto trabajo y tan poco tiempo. El patio y la casa parecen un cascaron vacío, hay mucho que hacer para convertir este lugar en mi hogar.

Me pase en el jardin acondicionando, juntando piedrecillas, quitando algunas hierbas, poco a poco esto tomaría el aspecto debido. Al medio día me reuní a comer con la soldadesca, hacía mucho que no lo hacía y extrañaba su cocina. Fui al comedor caminando apoyándome en mi lanza, todavía no podía caminar bien. Al entrar se hizo un gran silencio y comenzaron a aplaudirme y hacer vítores.

- Gracias amigos, realmente me gusta estar aquí, pero eso no ara que deje de revisar los informes para ver que tal la hicieron si mí.

Hubo rizas, comida y cervezas, la comida con mis colegas se transformó en una fiesta. Mientras comía a mis anchas la guardia personal de Gunter, el enano capitán de la fortaleza fue a por mí. De este modo fue como se presentaron.

- Por órdenes del capitán debes venir con nosotros y solo.

Le devolví una mirada seria y pedí que me alcanzaran mi lanza y comencé a caminar junto a ellos acompañado solo por Vadis. Me llevaron a las oficinas principales en el fortín, lugar que por cierto nunca había visitado. Aquella oficina era hermosa con una decoración muy enana si me lo preguntan. Sus bellos cuadros de tierras lejanas, algunos de gente que desconocía, la mayoría de estos pequeños retratos parecían de la raza de Gunter. Me senté en aquella silla de pura madera muy cómodo a esperar mientras acariciaba la cabeza de mi perro. Al rato de contemplar las obras de arte del lugar tuve que pararme, Gunter había llegado.

- Hola pequeño. ¿Dormiste bien?

- Si, con algunos sueños que no recuerdo pero si, todo bien.

- Sueño pesado, estuviste muchos mesas fuera.- Él se sentó y me invito a hacerlo también.

- Si bastante.- carraspee.- ¿Para qué fui llamado?

- Bien soldado, fuiste llamado porque dejaras tus funciones para cumplir otras.

- Señor, honrare cualquier lugar al que me lleves, pero todavía no me recupero completamente.

- Eso veo, pero igual te asignare tu nueva función. Ahora llevaras las vidas y esperanzas de todos los del fuerte.

- Yo no soy sacerdote, soy monje, es diferente.

- No sé de qué me hablas.- Respondió jocoso.- Tu ahora serás Capitán.

Me quede unos momentos algo sorprendido en mi asiento.

- Señor ¿Usted cree que estoy capacitado para ello?

- Si, lo estás, has probado ser gran guerrero, muy responsable con la vida de tus subalternos y proyectas muy bien el crecimiento del fuerte. A tu llegada éramos un simple cuartel con un puerto, hoy con tu intervención nos proyectamos a ciudad.

Las aventuras de Qwon - #Wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora