L9 Capitan Justicia

2 0 0
                                    

Terminado el problema del traje salí del monasterio vistiéndolo, necesitaba comprar ingredientes de comida de esta noche, hoy me tocaba cocinar. El menú de esta noche era carne de res con una abundante guarnición. Sé que éramos solamente Shiro y quien escribe, pero igual seria la comida abundante y deliciosa como mi hermano mayor del monasterio merecía. Estaba caminando feliz, la tarde estaba despejada y fresca, nada parecía que interrumpiría mi bienestar. El almacén de siempre no tenían todo, había un par de hierbas raras que le faltaba, pero conocía un buen almacén algo caro donde había productos de importación que estaba en Abraxas, aquel mal gigantesco de Mai Lin.

Allí siempre había de todo, sobretodo de tierras lejanas y ya que iba al mal aprovecharía para comprar algo de ropa, claro está que haría tour por el patio de comidas.

Como siempre me recibió este lugar con música funcional, muchas luces y un gentío que parecía estar de vacaciones todos los setecientos treinta y seis días del año, no me quejaba solo hago notar el detalle.

En mi deambular algunos niños me señalaban y decían "mira mamá, el dios de los niños" y yo, acto seguido, les entregaba caramelos que convenientemente había comprado.

Luego de hacerme con lo necesario fui a la cola de "Feroz comilona", un restaurant de comidas rápidas por mi carne al pan con muchas papas y gaseosa. Mientras esperaba a que me atendieran note que uno más delante parecía enfermo, tenía olor raro y caminaba como cojo. No solo esto sino su ropa larga y oscura sumado además su sombrero hacían todo un asunto que la verdad poco me importo en ese momento, estaba viendo más interesado los carteles de la comida. Yo pediría una carne con pan cuádruple completa con tres salsas, una gaseosa grande, papas triples con huevo y una copa de helado batido para empezar, ya había engordado mucho, según decía Shiro (en realidad estaba morrudo)decidí cuidar mi figura así que no pediría pescado frito con arroz. Sin aviso ni señal aquel individuo extraño saca un rifle de entre sus largas ropas y apuntando al vendedor (un lampiño) dijo.

- Todos al suelo, esto es un asalto.

Suspiré, donde iba me perseguían los problemas, pero parecía fácil de solucionar, lo que más me sorprendió no fue el, sino lo siguiente. Mientras apuntaba al vendedor y yo me agachaba, como nos pedia a todos, escuche un grito atrás que decía.

- ¡Alto malhechor deja a esta gente en paz!

Me di vuelta para ver quién era y era un peludo indefinido, tenía un casco, vestido de azul y rojo con una capa negra con una estrella de ocho puntas según viera después.

- Capitán Justicia, no puede ser, que mala suerte.- Dijo aquel asaltante.

- Así es, soy yo, entrégate o lo pagaras caro tu osadía.

- ¡Nunca!.- Y le disparo.

Esto no lo había podido ver venir pero este recibió sin mutarse las balas que rebotaron dándole a uno que estaba allí cerca y la segunda fue a dar con suerte simplemente al suelo dejando un hueco. Este disfrazado fue hacia el asaltante y doblo con su mano el cañón del fusil y luego se lo quitó. El "malhechor" quiso sacar un revólver, pero este le dio tal golpe en el rostro que voló hacia atrás del mostrador entre gritos de los vendedores y la gente.

El Capitán Justicia fue hacia el, que tenía el rostro ensangrentado y visiblemente le faltaban unos dientes. Lo esposo para entregárselo a los guardias, perdón a los policías que vinieron, luego simplemente despareció a vista de todos. La verdad que se movió a tal velocidad que para el común de la gente no lo vio, y yo la verdad preferí atender a uno que le había revotado una esquirla más que ver quien era ese ridículo.

Luego de que se llevaran al hospital gravemente herido al asaltante y de que se retirara la policía fue inmediata mi atención, realmente tenía hambre. Habría que decir de verdad que era afortunado que fuera bueno curando heridas de al que le diera la bala por accidente, pero más afortunado fue mi atención para el malhechor, que de seguro sin mis curaciones hubiera perecido.

Las aventuras de Qwon - #Wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora