L5 Balas Rebotes y vida

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Aturdido por la noche y sus sueños, al amanecer escape del templo hacia la calle. Mientras caminaba recordaba y recordaba mi vida, la repasaba como si de una película se tratara, la música era lo que quedaba siempre al final de un recuerdo. En ese caminar me llego el hambre y comí algo liviano que la calle ofrecía y seguí mi deambular.

¿Han sentido el atoramiento de pensamientos en la cabeza? ¿Han sentido esa sensación? Eso realmente era lo que sentía, como si gracias a la gran cantidad de opciones que hay para pensar mi cerebro no dejaba concretar ninguna acción. La alarma de mi computador sonó, no hice caso, también sonó la alarma de mi celular, tampoco respondí. Estaba yendo a algún lugar, pero no sabia a cual, y al parecer era muy importante, pero solo llegue al mall de Abraxas, lugar algo vulgar para mi, aquellos gallos al parecer no responderían mis cuestiones, pero de todas formas entre a ver que había por aquel lugar. Al entrar note un zumbido que llegaba claro y profundo a mis oídos, era como un omm, pero no emitido por algo sino como si todo vibrara armoniosamente y el omm viniera de lo que me rodeaba. Repentinamente dejo de sonar para pasar a escuchar unos susurros que venía de un negocio de computadores, al entrar todo cesó. En aquel lugar tenía mucha alta tecnología, cosas impensadas y tan poderosas que hacían pensar hasta al más necio, o como intuí, callaban la mente del mas iluminado. Entre porque la interface de mi computador estaba lenta y quería repararla. En aquel lugar salió un vendedor muy solicito para saber de mis necesidades. Su lenguaje no me era extraño, ya que había estudiado de esa magia moderna, pero aún el fanatismo que esta despertaba me causaba extrañeza. Mientras esperaba a que hicieran un test, decidí esperar a volver mas tarde, me entretuve con algunos juegos, el verlos, ya que allí los vendían. En un momento que no pude determinar, el local se lleno de gente y todo comenzó a arremolinarse, habían entrado ladrones. Estos eran cinco, estaban armados y robaban a la gente, yo oculte mi tarjeta de crédito y no actué ya que al ser tantos las posibilidades de que mi pelea con estos o mi defensa resultara en alguien lastimado o hasta muerto. Los observe y note que eran barriobajeros. Olisquee su ki para rastrearlos al salir. Nos amontonaron como perros, nos ataron y salieron con su botín, no pude seguirlos de forma inmediata porque un peludo, ya mayor, había entrado en crisis por el maltrato y si yo no lo atendía podía complicarse. Luego vino la policía a hablar con nosotros y declare lo que había que decir, me trataron respetuosamente por ser monje, pero mi centro fue tocado cuando supe que mi computador había sido robado.

Para no levantar sospechas salí disimuladamente, lo que podía por mi tamaño y aspecto, me dirijo a un callejón de aspecto abandonado y envuelto en destellos dorados me catapulte al cielo. Allí me fue fácil seguir su rastro hasta su barrio, por lo contrario de lo que suponía, no era miserable, pero si humilde. Al bajar donde estaba un vecino los alerto y yo con un muy simple movimiento arranque la puerta y me dirigí intempestivamente dentro dando a con ellos dejándolo, en mi piedad, fuera de combate y no muertos. Me hice con mi computador, no estaba lastimado y lo guarde en mi morral, pero al salir la sorpresa fue conmigo, se había armado una barriada en mi contra.

La gente se había juntado para frenarme y aún con miedo me arrojaban pedruscos de la calle, ellos simplemente rebotaban en mi pétrea defensa. Algunos rebotaban, pero el rebote peligroso vino cuando me dispararon los malvivientes que se habían recuperado, tanto en valor como en salud. Analice simplemente que la balacera que se iba a venir resultaría mas en su perjuicio que en el mío, podían salir lastimados por los rebotes, así que me hice nuevamente con mi resplandor dorado y salir rápidamente corrido por las balas, hacia el cielo, la reparación de mi computador se hizo en un humilde negocio de barrio y no en un mall. 

Las aventuras de Qwon - #Wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora