L6 La vida en Wotan

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Aprendía un poco cada día, algunas palabras, a conjugar algunas frases, pero no me desprendí de Ariel, ya que querría hablar por mi mismo con quien iría a cuidarlo.

El idioma elfico no era un idioma todo lo complicado que me parecía al principio, pero sí muy musical. Sus letras eran finas rayas que parecían llevadas por el viento, primero a hablar, luego a escribir, aunque esto se me daba más lentamente. Los ritmos de aquel llegar eran casi estáticos, a la mañana el elfo partía al castillo y abajo el enano se dedicaba a enseñarme no solo el idioma sino las costumbres, algo muy simple desprovisto de bien y mal, sino de favorable y desfavorable. Sus dioses, el nombre de las cosas, como pedirlas, para mi ventaja hablaban de forma pausada la mayoría de las veces sin contracciones, eso lo hacía más fácil. Aprendí de paso algunas hierbas que escribía en mi idioma en un cuaderno en blanco que me regalaran. El pequeño Ariel comenzaba a mostrarse inquieto por algo que desconocía así que comencé a hacerlo asistir a mis rezos matutinos, al saludo al sol, el muy atento me miraba, aunque sin comprender. Todas las mañanas comíamos nuestra porción de durazno antes que cualquier alimento. Hubo algo que me tuve que acostumbrar era que para la higiene en el baño utilizaba telas muy suaves, se podía decir que tener necesidades era un lujo. No tenían muy acostumbrado el baño, así que tuve que pedir grasa que no fuera de cerdo en la cocina y yo preparar mi propio jabón para bañarme y bañar a mi niño y mi perro. Los perfumes de aquellas tierras eran muy exquisitos; aprendí a preparar uno de una flor grande y blanca llamada Jazmín, palabra que me sonó extranjera, pero no se sabía su origen. Estas personas adoraban no solo a estos dos dioses que viera en las estatuillas sino a los arboles como ejemplo a seguir. Las velas eran importantes en sus ritos, así como sus aceites aromáticos que los ponían en pequeños hornillos para una lenta evaporación, como dije, eran muy duchos en los perfumes y su utilización. Luego de estudiar tenía que trabajar como todo el mundo y pedí cocinar ya, pero nuevamente tuve que aprender sus recetas. Sus comidas eran algo entre rudas, si eran de origen enano y delicadas si eran de origen elfico. Los enanos gustaban mucho de macerar las carnes y hacer complicadas preparaciones las cuales yo asistía en pequeñas cosas, me tenía que ganar mi puesto en la cocina. La comida elfica usaba muchas verduras y legumbres siempre, y si digo siempre es siempre. Las usaban pisadas, cocinadas, hervidas, crudas, pero siempre en la comida o en su guarnición había alguna. Su bebida principal era la cerveza y me explicaron que allí no había mucha agua potable, así que la usaban en los animales y los niños convirtiéndose la cerveza en una bebida de adultos y que su ingesta tenia implícita que eras sabio. Había vino, pero solo el elfo lo bebía ya que era traído de otro reino, nadie cuestionaba este privilegio. Yo probé de esa delicia y nada que ver con el vino especiado de Pan Do, este era un vino con mucho cuerpo y espumoso muy rico de verdad. Luego de dejar todo en estado volvía a mis estudios y antes del atardecer me ponía a ver como los guerreros entrenaban para así aprender algo. Siempre llevaba mi hacha ya que había sido un regalo. A la noche nos juntábamos todos, niños, mujeres, hombres, madres, todos en el salón a comer, uno al lado de otro sin distinción alguna, no me resulto incomodo, era una gran comida en familia, aunque los niños comían en mesas separadas de los adultos, a pesar de eso Ariel comía a mi lado.

Luego de comer todos nos encargábamos de la limpieza del salón y de los platos para luego retirarnos cada uno a su casa y los solteros a nuestras habitaciones, no me toco en mucho tiempo guardia y era comprensible, no sabía bien el idioma. De noche había patrullaje de a dos personas mínimo y si alguien orinaba su compañero se quedaba al lado. A las doce se daba unas campanadas el pregonero que se decía.

- Son las doce y tranquilo.- Y se repetía cada dos horas luego de ello hasta el amanecer.

Las aventuras de Qwon - #Wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora