L3 Los helados

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No se puede decir que dormí muy bien con tanto calor pero al menos dormí en tierra firme sin estar flotando en el aire o en un corco de metal sobre el mar. Hay que reconocer que estos peludos eran muy buenos anfitriones, algo religiosos pero buenos anfitriones y no se metían demasiado en nuestros asuntos cuando nos íbamos a la ciudad. Nada para quejarse de aquellas gente excepto el tenso ambiente racista que allí había, caramba todos veníamos de el mismo lugar y que nosotros fuéramos peludos ahora y ellos lampiños no debía ser razón para que nos diferenciáramos, pero allá ellos con sus cosas y yo con mis problemas. Peor fue el día que no pudimos salir por las lluvias, tu vimos que quedarnos en nuestra casa solo saliendo para comer para terminar ampliamente mojados, cosa que aprovechamos para ver los libros que ellos tenían a ver si había pistas de donde estaba Pan Do. ¿Qué adivina? Levantarse cuando viene la mañana es menos obvio, pues no encontramos nada. Con más tesón al día siguiente fuimos acompañados a la biblioteca pública para estar casi todo el día. Una gran suerte fue encontrar la isla "del gran desierto" que justamente en frente de esta esta Pan Do. Persona a persona preguntamos y todos no dieron la misma respuesta, esta isla, según la leyenda estaba en la parte mas sur de la masa continente que abarcaba casi todo el planeta, si en lo largo hablamos. Odiosa fue algo la libretista que no quería prestarnos los libros para estudiar, así que debíamos estudiar allí, mi amigo con la red, sea lo que eso fuera. ¿Y qué es la red? Que les podría decir, pues es como un montón de librerías conectadas entre si y que yo estando (o Abu) en frente de unos de esos aparatos podía consultar lo que había en la otra librería y de esta forma consultar toda la información que había en todos los reinos tecnológicamente afines. Encima del gran calor había una gran humedad, pero solo la sufríamos cuando salíamos de la librería cuando íbamos a comer afuera, ya nos habíamos hecho famosos por ser ratas de librería.

- ¿Quieres algo fresco?.- Me dijo mientras caminábamos de nuevo a la biblioteca.

- Moción aceptada.- Le dije y nos dirigimos a un negocio de refrescos.

Este lugar era blanco y había muchas gentes con esas divertidas ropas, pero eran la gran cantidad de sabores lo que me atraía. Frutilla, fresa, limón, vinilla, eran casi cien sabores y los quería todo. Luego de pedirme un bote de ellos para mí solo se mente a comerlo pausadamente y relajado ya que en la biblioteca no se podía ni comer ni beber ni fumar.

Algo me alerto y mi mano reacciona automática desviando ese cacho de helado y devolviéndolo con mas fuerza aún, fue inconsciente, no premeditado.

Un joven de casi mi edad miraba su camisa sucia y habría la boca de espanto de lo que había pasado.

- Mi padre me matara por ensuciar su camisa tu pedazo de cerdo me la pagaras.

Levante mi ceja, aunque nadie vio este gesto, tome mi helado y seguí comiendo, pero eso pareció provocar a aquel niñato lo cual se acercó y me agarro de la camisa, con una sola pata lo agarre de casi la palma, apreté y con un giro le doble el brazo haciéndolo arrodillarse a mi costado.

- Me presento, mi nombre es Qwon de Pan Do. ¿me darías tu nombre?.- le dije esto sin soltarlo, recibí un gargajo.

Temblé, realmente nunca había recibido una terrible descortesía de alguien, así que prepare un gran gargajo con helado y se lo estampe en la cara, me pare y lo agarre de la camisa y levantándolo lo arrastre hasta la pared. Sus secuaces parece que reaccionaron pero Abu interfirió.

- No creo que deban meterse entre ellos.- Dijo muy pausado.

- No te metas afeminado.- Grito uno. Acción, reacción, saco entonces de forma automática y rápida su revolver de gran calibre y les apunto.

- Una vez más se los pido, no se metan.-

Estos salieron corriendo muy asustados.

- Para terminar este asunto, tu y yo, afuera, pelea a puño limpio, el vencedor no humilla al perdedor y el perdedor queda sin rencor, te parece.- Dije con ojos inyectados en sangre de la ira y mostrando amenazantes mis dientes. Este acepto...¡Valla sorpresa!

Afuera se había armado montón de gente que nos rodearon a nombre de pela, al estar preparado deje mi bastón con Abu. Puño de Castañas le hice para demostrar mis habilidades, luego un giro hacia atrás y me puse en posición y justo cuando iba a comenzar al pelea suena un grito.

- Alto. ¿Qué pasa acá?- Se escuchó un grito, giro a mirar y era un guardia.

Presente mis respetos saludando marcialmente al guardia.

- Esta persona me ofendió arrojándome comida y luego escupiéndome, así que arreglaríamos el asunto como es debido.

- Pues el asunto se acaba acá.- Le pedí mi bastón a Abu e hice un saludo marcial, mi contrincante salió corriendo.

- Son nuevos así que le perdonare la primera, pero acá no queremos a los camorristas.

- Comprendo señor, solo defendíamos nuestro honor ante la agresión.

- Para esos problemas esta la ley, no estamos en un lugar de salvajes.

- Comprendo, caminare por la vereda de en frente de esas personas.

Volví por mi helado, por suerte nadie lo había tomado y termine de comerlo tranquilamente, tan tranquilo como podía y volví para la biblioteca. Cuando cayó el anochecer fuimos buscados por nuestro anfitrión y volvimos al rancho.

En todo ese tiempo estuvo Abu investigando otras cosas, el quería comprar su propio vehículo para no depender de nuestro anfitrión, pero al parecer para tener carnet de conducir debía de hacer aportes al estado, ósea debiamos trabajar y tener documento y para tener documento debía pedir visa, cosa que no era posible, o que un patrón lo recomendara. De viaje de vuelta discutimos el asunto y quedamos en que buscaríamos trabajo.

Cuando comimos comunicamos nuestra decisión de buscar trabajo para conseguir los papeles de ciudadanía así que estaríamos aquí cuatro meses luego partiríamos. La mujer dijo que conocía a la dueña del Dinner del pueblo y que pediría trabajo, nosotros estábamos muy agradecidos. Para nuestra fortuna un bus pasaba cerca del rancho así que podríamos ir y venir sin depender de nadie.

Las aventuras de Qwon - #Wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora