L5 La ciudad Mei Ling

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Dejé mi bastón porque no quería que me asociaran con el templo, seria un caminar de civil, cosa que no había echo casi nunca y el hacerlo se sentía muy agradable. Mi ropa eran ropas comunes, pantalón negro, camisa blanca, campera negra, ropa de estudiante que quedaba muy bien junto a mi juvenil aspecto. Pregunte en la calle a alguien por una casa de especias y me indicaron sin problema alguno. En la mitad del camino pasó algo curioso y fue lo siguiente, una mujer mono con sus hijos mestizos pidieron sacarse una foto conmigo y cuando le pregunté porque y me dijo que le recordaba a los pandas rojos y ellos, al parecer, eran los dioses protectores de los niños que les daban dulces si se portaban bien. Yo acepte gustoso y nos sacamos fotos. Esos niños se venia muy felices y me los subí todos a los brazos y se sacaron fotos conmigo y si, también le compre dulces y ellos se fueron muy contentos. Finalmente llegue a la casa de especias "Liu Tong". Este lugar se llamaba igual que Liu Tong, un vendedor de frutas frescas y especias de Pan Do, supongo que con el nombre venia la profesión. El vendedor, un panda muy bonachón me guío por las especias que necesitaba, pero no solo me fui con especias sino que también me lleve muchos folletines con recetas y un par de libros de cocina, uno se llamaba "cocina típica de Mei Ling" y el otro "Mil y una formas de cocinar sin carne". De allí decidí seguir caminando sin rumbo y llegué con mis paquetes de especias, libros y una cerveza que tomaba a una casa de Árcade. Ese lugar se veía muy atractivo y me puse a jugar a un juego que se llamaba "Pong Pong", juego de gráficos simples que mostraba la aventura de un panda saltando, corriendo y agachándose mientras utilizaba diferentes armas para vencer a los espíritus malos, no tanto como mi habilidad en ese juego de música pegadiza, pero si igualmente malos. Allí se me a cercó una panda que era la que vendía los fichines y controlaba el local, queria una foto, según decía nunca había visto un feral tan grande como yo cosa que le respondí que yo, fuera de Pan Do nunca había visto un feral de mi raza, allí mismo sonó mi tableta pidiendo que volviera que era hora de que me pusiera a cocinar.

- ¿Ocupado?.- Me dijo curiosa

- Si, tengo que ir a cocinar, es que vivo en el monasterio y debo cumplir con el horario.

- Se comprende, mi nombre es Shing Fei.

- El mío Qwon Pan Do.- Y despidiéndome con la mano dije.- Nos veremos pronto.- Y me puse en camino a cocinar.

Era lindo Shing Fei, algo delgada pero linda, hay que admitir que tenía curvas interesantes, sobretodo sus pechos y su caderas que a pesar de su delgadez eran atractivas. Y sus ojos, también eran muy atractivos, tenían un brillo muy lindo y sensual. Y su sonrisa, parecía sonreír mucho de forma sincera, eso era muy agradable. Y sus brazos, largos de bello pelaje negro y blanco le quedaban muy sensual, en conclusión, era bella. Tuve que imprimir velocidad para llegar, tanta velocidad necesitaba que use mi ki tanto par acorrer como para adivinar por que camino seria el menos transitado y mas rápido , forma mundana de utilizarlo pero la situación bien lo ameritaba. Cuando llegué mi hermano mayor me hizo vestirme nuevamente a pesar que le digiera que no iba a salir de la habitación y el me respondió.

- Dentro del monasterio debes cumplir el uniforme aunque nadie te vea.

- Esta bien.- Dije en un alargamiento de la n, era como si la arrastrara.

Allí cociné una rica receta que había aprendido en un pueblo aledaño a donde me enseñara el Maestro Mono. La receta era muy medida en cantidades, así que tu ve que utilizar mucho la balanza de la cocina, además de usar muchas ollas para cocinar. El resultado era una elaborada comida abundante, especiada y muy sabrosa que presentaba muchos sabores con una presentación visual fina como si se tratara de un restaurant de alta categoría. Mi hermano bendijo la mesa y comimos y recibí muchos elogios por la comida y el siguiente comentario con gran fuerza.

- Ojala pongas tanto empeño en tus estudios como pones en la cocina.- ¿Habrá sido un elogio o un reto? No lo se, pero esas palabras hicieron eco durante algún tiempo.

Luego de comer tenía muchos libros que leer, así que salí a la taberna de los monjes a sentarme para estudiar. Mi lectura era rápida y retenía mucho lo que leía, tanto el letras como en comprensión, así que acabe con todo los libros del colegio que me quedaban y también los del monasterios y subí a mi cuarto. Allí encontré a mi compañero practicando posiciones de artes marciales cosa que me puse a imitar. Estuvimos largo rato en esto, luego nos pusimos a escuchar música y a charlar un rato de que me había parecido el colegio y el monasterio pero sobretodo ahondamos sobre la ciudad. El me dijo que el suponía que me seguiría pasando lo de las fotos, el dios protector de los niños era muy popular y que esperaba que Shang Fei no me distrajera de mis estudios, yo sin acotar nada tenía la esperanza de estudiarla, ósea de ponerla en una mesa desnuda y revisarla profundamente.

Decidí esa noche dormir en mi cuarto, al entrar vi que estaba desordenado, no había tendido la cama luego de dormir la siesta, lo haría cuando me levantara. Dormí muy cómodo y profundamente, soñé algo que no recuerdo.

Las aventuras de Qwon - #Wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora