L7 Caminando por un nuevo poblado (segunda parte)

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Luego de que el sol llenara de vaho húmedo mi pelaje no tardo arribar el agobio así que fui a por un poco de agua para bañarme. Tenía que admitir que era criatura de ambiente frio no de este clima templado, pero, a ciencia cierta, no era el clima lo que molestaba sino era el sol que daba picor.

Me puse mi armadura para al salir del baño, pero no mi tabardo azul, ya que no pertenecía a la fuerza aérea. Camine hasta la taberna y la verdad tenía muy buen aspecto tanto desde fuera y por dentro, decididamente la estética era enana. Salude a todos y fui a la cocina, allí etsaba el oso Rainkeji cocinando para unos comerciantes, simplemente revise la limpieza del lugar. Mi veredicto fue que estaba bien, sobre todo teniendo en cuanta que muchos elementos de limpieza que a mi buen entender eran indispensables no existían en este mundo. El bardo tocaba una canción a pedid y me puse a hablar con el enano felicitándolo por el trabajo pidiendo sus recetas cuando un personaje extraño entro, y de extraño hablaríamos que era un peludo toro. Me le acerque curioso para saber que traía a uno de su raza aquí. Vestia una toga blanca con algunos toques color amarronados con guardas verdes, y un bastón muy bello, su mirada era realmente seria. Lo salude pero por su respuesta supe que no hablaba ni idioma ni alguno que conociera así que tuve que utilizar la magia, cosa que al parecer disgusto un poco a aquel extraño por como arrugo el oscico.

- Buenas tardes, me presento, mi nombre es Qwon de Pan Do.- Dije extendiendo mi mano.- ¿Cuál seria tu nombre?

- Ruhoniy.- La recibió con gran fuerza, entonces me senté en su misma mesa.

- ¿Y de donde vienes?

- De mas alla del mar.

- ¿Tierras de extranjeros?

- Si así quieres llamarla si.

- ¿Y que te trae a Fitzz Gerald?

- Estoy buscando un lugar al cual llamar hogar.

- Pues bienvenido y dime. ¿Tienes alguna profesión?.- Por lo parco de sus respuestas se denotaba mucha seriedad.

- Soy arcanista y canalizador de la naturaleza.

- Vaya, un sacerdote nos vendría bien, necesitamos canalizadores aquí.

- ¿Y podre construir mi templo? Tu que dices.- Solté una riza.

- Si tú quieres y puedes pagártelo si, pero deberías sacar audiencia con el general entrante para que te de su visto bueno.

- ¿Es alguien accesible ese general?

- Si, eso dicen, pero no es alguien de fe.

- La naturaleza guiara mis palabras para convencerlo.

- Pues te deseo suerte. Habla con el enano por una habitación, esta noche va gratis.

- Gracias por su ayuda.

Era excesivamente formal al hablar o era el conjuro traductor, no lo sabía, después investigaría eso. Pasamos hablando de su gente que al parecer no tenían tierra, sino que eran nómadas y se establecían allí donde los dejaban. Su sectarismo no me agrado mucho ya que se creía el elegido de los dioses, pero tampoco me disgusto, aceptaba su forma de ser aunque no compartiera su ideología. Le hice entender que esta era una zona de guerra y que todos eran carne para soldados, tantos sacerdotes, profanos y campesinos. El respondió que ellos se adaptarían.

- ¿Ellos? ¿Ustedes son mas?.- Dije curioso.

- Somos unos pocos renegados que buscamos refugio.

- Bien, pero deberán presentarse al nuevo general. Bien, debo de ir a cenar con la soldadesca, nos vemos.- Me incorpore y lo saludo nuevamente y me pregunto.

- ¿Y como se llama aquel nuevo general?

- Es un nombre fácil, es Qwon de Pan Do.

Lo despedí sacándole una sonrisa a aquel toro jurándonos visitas me retire, se acercaba la hora de la cena.

Las aventuras de Qwon - #Wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora