Las aventuras de Qwon - #Wattys2019

L3 Alegría

Alegría es lo que sentía, y también preocupación de porque había pasado lo que había pasado y no dejaba de tener la sensación de que algo caería sobre mi en cualquier momento, antes de la pelea ya lo presentía, lo presentí cuando llegamos y es lo que me tiene tenso. ¿Y que decir de Abu? Felicidad era lo que sentía todo el tiempo, supongo que era muy opresor el lugar de donde venia y aquí estaba libre, pero no dejaba de ser una amanerado. ¿Para que volver a Pan Do habiendo tanto en el mundo? Todo no lo se y me gustaría saberlo, bueno al menos visitar el reino del cual venimos, asi que por unos instantes en la biblioteca comencé a investigar y encontré un pequeño libro que se llamaba "Leyendas del Este" el cual hablaba de monjes como yo, pero no de pandas sino de monos, gatos, lampiños. zorros y bueyes. Bueno, seria un comenzar al menos, esta tierra quedaba al este, como era de esperar, al este y un poco al sur asi que no nos desviaríamos demasiado de nuestro viaje.

Le comunique esto a Abu y el dijo que esta bien, que el también quería conocer el mundo fuera de su base y de la opresión femenina, ligero cambio en su leguaje que después sabría el porqué.

Caminando tranquilo por el pueblo vi un pequeño lugar donde estaban practicando artes marciales en un salón en un estilo que desconocía, curiosidad me llamo y entre. El maestro del gimnasio (no era un templo).

Al entrar a aquel lugar me recibió una lampiña.

- Buenos días. ¿Puedo ayudarlo?

- Mi nombre es Qwon y quiero saber qué es eso que están practicando.- Señale al maestro y sus alumnos.

- Es el arte Karito, un arte marcial para la defensa.

- Caramba, se ve muy entretenida, podría yo practicar.

- Si, por supuesto...

- ¿Cuánto me costaría?.- Me dice el precio.

- Y cuando empezaría.- Pues ven pasado mañana a las cuatro de las cinco de la tarde.

Salude contento y seguí mi paseo cuando vi que había una pelea entre cuatro lampiños y un peludo. Sentí el impulso de ir pero no debía exponerme mas y tener mas problemas, asi que utilizaría la técnica de "energía dislocada". Esta técnica permite moldear tu energía en una forma corpórea fuera de tu cuerpo, es como si crearas un doble pero generalmente con una forma alternativa a la tuya. ¿Pero cuál? Elegiría una forma que representara algo de poder y que fuera totalmente ajena a mi, mire por todas partes y vi un gran cartel de un lampiño en capa y ropas ajustada que se llamaba "Súper Captan", esa sería la forma.

- ¿Que te dije perrito?

- Que no viniera por aquí, pero...

- Pero nada, por acá no queremos a tu gente.

- Pero tengo que tomar el bus para mi casa.

- Vete caminando pero no nos molestes con tu olor de peste.

Entonces hago aparición, estos matones se paralizaron, mis movimientos eran torpes, casi no había practicado esta técnica y necesitaba mucha concentración para su control, me senté en la posición de loto dentro de un callejón.

Me acerque confiando que estos no atacarían, pero si lo hicieron, entonces con un giro me puse en frente de uno, espalda el, tomándole un brazo para con un golpe desarmar ese cuchillo, luego lo arroje varios metros al suelo. No vi venir e segundo y le clavo en el cuerpo un cuchillo, cosa que rompió esa ojala pero hizo que ocurriera un escape de energía, tenia poco tiempo, utilice la técnica "La serpiente y el sapo" la cual con la sola presencia paralizaba de miedo, y me resulto fácil, luego de eso tome al lampiño y lo lleve volando hasta su casa. Si preguntan no sabía donde vivía, tuve que usar la telepatía para averiguarlo. Este asombrado me miraba y me hablaba, pero no tenia tanta energía ni concentración para hacer tantas acciones a la vez, así que simplemente lo deje en su casa y me disipe entre destellos de energía dorada. Eso me había dejado agotado, y aunque mi cuerpo estaba pletórico de salud mi ki estaba bajo así que sin dudarlo volví al rancho evitando mirar al cualquiera y el meterme en cualquier lio. Mientras cenábamos estaba la radio puesta y escuchamos la noticia de que Súper Capitán había rescatado de una pelea a un joven peludo venciendo a cuatro lampiños. Todos se callaron y escucharon el informe, yo simplemente sabia la verdad.