L7 Janet Étoiles de Chasse

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Demasiados elogios me molestaban y no sabía porque, pero no les privaría la alegría de saber que ahora estaban seguros. Los días siguientes pasaron normales, entrenamiento, reportes y construcción, nada que fuera demasiado relevante.

Todo se mostraba apacible, de los extranjeros no se sabía nada, y la verdad el lugar se había convertido en un buen sitios para criar a Ariel. El estaba con sus dientitos más fuertes que nunca, ya había comenzado a comer carne, más bien, a masticar, a veces, hasta el blando hueso de las aves, las cuales tenía que enseñarle el cuidado que se debía tener al ingerir estos ya que se podían astillar. Luego de mis rezos matutinos, cada vez mas acompañado por Ariel, un grupo de diez soldados muy variopintos se me presentaron mientras estaba controlando los papeles de la guardia.

El o mas bien la primera en enfrentarme fue una enana, la que parecía ser la voz cantante, la representante de todos estos.

- ¿Señor tenemos que hablar con usted?.- Dijo la pequeña mujer.

- Mas tarde, estoy ocupado.- Y les hice seña de que se retiraran.

- Pero es muy importante.- Aquella enana afirmo mi suposición e que era la que estaba representando al resto y lo hacía muy bien.

- Queremos entrar a la fuerza aérea.

Simplemente los mire, evalué la situación dejando los papeles a un costado y la invite a sentarse.

- ¿Supongo que hablas por todos ellos?

- Así es señor.

- ¿Cuál es tu nombre?

- Cristal de roca.- Suspire

- ¿Eres de este reino? Tu acento no me es familiar.

- No señor, pero mis padres vinieron a vivir aquí.

- ¿Y porque no van a otro lado a entrenar? Tienen al elfo o a la bolsa de los lobos, pronto la abriéremos, hay muchas más adecuados que yo.

- Señor, todos supimos lo que usted es capaz de hacer y de cómo previno el un hundimiento de toda una flota.- Suspire nuevamente.

- Sabes que no todo depende de mí, que cada grifo elije si quieres que lo montes o no.

- Si, algo había escuchado, pero no creí que era tan así.

- Pues si, así es, pero veré de prepararlos para que sean aceptados. Busquen a Axis y pónganse bajo su mando luego que despierte. Con el estarán hasta que yo pida por ustedes.

Luego de que se retiraran esas seis mujeres y cuatro hombres escribí una carta explicando que debía ponerlos al tanto en los pormenores de como volar y que el juzgara si yo debía entrenarlos o no y que respetaría su decisión. Llame a la enana que estaba cambiando a Ariel.

- Frida, deja esta carta en la habitación de Axis. Por cierto ¿Crees ser buena para entrenar novatos?

- Soy diestra en el uso del hacha de dos manos.

- Gracias, pero no es un arma de vuelo, igual lleva cuando puedas esta carta, la tiene que leer Axis al despertar.- Se la entregue y ella se retiro yo me encarge de los pañales del pequeño.

El día continuo tranquilo y comencé mis lecciones a Ariel en un lugar donde todos me vieran para ver si así a alguien le llamaba mi forma de usar la lanza o los ejercicios, se acercaron solo aquellos que solicitaran entrar en la fuerza aérea. Con gusto les enseñe lo básico, a respirar, así pasamos todo un cuarto en estos ejercicios. Algunos estuvieron realmente al punto de desfallecer, al notar su falta de entrenamiento aminore la marcha, ellos no eran monjes así que debería ir con lo básico.

Pasaron los días y vinieron los hechiceros especializados, o más bien las hechiceras especializadas en portales, la mayoría enanas, y terminaron el rito para abrir paso a la bolsa. Esa noche se dio el festejo la apertura con un discurso, fuegos artificiales y una fiesta, claro está, sin descuidar las guardias ni las responsabilidades de nadie, es más, yo me incluí en ese momento entre los guardias a servicio. Estaba vigilando las puertas de la segunda muralla cuando fui solicitado al festejo. Al parecer darían un discurso en honor a mi. Cuando me toco el momento de hablar sobre aquella plataforma colocada en frente del portal realmente hablé.

- Señores, esto es una guerra con lo desconocido. No les privare de la alegría de festejar, pero no interrumpan a los que tenemos responsabilidades. Buenas noches.- Y me baje del escenario sin mediar mas comentarios.

Mientras me retiraba veía como se elogiaba mi responsabilidad ante el deber por parte del capitán, no hacia más que prodigar elogios hacia mí, no sabía porque me molestaba eso y ese detalle se me volvía desagradable.

- Soy un soldado, no un payaso que los divierte.- Dije en voz baja.

Aquella noche era tranquila, fresca , muy agradable. En mi rutinario escudriñamiento del camino vi que llegaba un regio caballo con una elfa cuya arma era un arco típico de su raza y una espada corta. Se acercó a mí y se presentó.

- Buenas noches, mi nombre es Cabalgavientos y soy una nueva recluta.

- Buenas noches, mi nombre es Qwon Pan Do, tiene sus papeles.- Dije seriamente. Ella me los entrego y los leí.

Estos papeles eran la recomendación del mismo elfo para entrar a la guardia diciendo que tenía un entrenamiento mágico básico, que era buena arquera y en lo posible, si aceptaba, la entrenara yo. Los leí pero hice un gesto raro al guardar los papeles en mi bolsa.

- ¿Tu nombre es Cabalgavientos?

- No, es mi apodo, mi nombre es Janet Étoiles de Chasse.

- ¿Y porque tu apodo?

- Porque de niña aprendí a montar el dragón de mi padre, pero nunca me iniciaron en uno, así que para buscar mi iniciación en los vientos me enviaron aquí.

- ¿Sabes que nosotros tenemos grifos no dragones?

- Si lo sé.

- Bien, mi compañero te llevara a tus cuartos.- dije desviando la mirada de ella.- Mañana a primera hora presentaras conmigo como es debido y comenzaras tu entrenamiento.- Le devolví sus papeles

Caramba, me había vuelto muy popular, demasiado para mi gusto, que hacia yo ahora con esa elfa. Mirando las estrellas pensé.

- Se ve muy delicada para el combate pero no negare que tiene encanto y unas buenas piernas.-Sacudí la cabeza al razonar mis pensamientos.

- No tengo tiempo para eso ahora, tengo muchas responsabilidades.

Las aventuras de Qwon - #Wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora