L9 Los preparativos

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No todos fueron tan afortunados como aquellos que atendí en un comienzo, aquel criminal asesino mato a mucho de los guardias para entrar, envenenándolos, tajándolos y hasta disparándole a quema ropa, pero ya no lo hará mas, por algo me resultaba gracioso este pensamiento.

Don Vittorio despertó esa misma mañana, se enteró de lo que había pasado y se reunió con sus comandantes en su habitación para discutir que hacer, mejor, así yo tenía tiempo para organizar mis cosas.

Fui por lo más importante sin dilatarme, la comida, tanta actividad me tenía con mucha hambre y esa casa realmente estaba proveída de muy buen forma. Los diligentes cocineros que estaban muy contentos de atenderme. Mientras estos preparaban lo que le había pedido llame al sumo sacerdote para pedirle autorización para un exorcismo, este al escuchar mis razones pidió verme para discutir este asunto en persona. Todos creerán que esperaría a que terminara la reunión para informarle de mi salida a don Vittorio, pero no hizo falta ya que tenía un guardaespaldas para que atendiera mis necesidades, este se encargó de avisarles de que me retiraba al templo y que me había llamado "mi jefe" como este dijo en broma al escucharme hablar.

Me iba a retirar en transporte público, pero estos amablemente me llevaron es su súper auto, realmente es largo ese vehículo, no tenía otra forma de llamarlo. Al llegar a al monasterio debieron de esperar en las puertas de la zona de los monjes a su disgusto ya que nadie, excepto un monje podía pasar aquella entrada.

No puedo revelar lo que se dijo en la reunión, se me prohibió el reproducirla, pero sí explicar de que fue. Él (el sumo sacerdote) escucho mis argumentos y luego de poner sus condiciones acepto a que armara un grupo para el exorcismo. Después de firmar los papeles que me acreditaban al rito fui dejé organizando varios menesteres a el monje más confiable que conocía a, mi hermano mayor.

Shiro acepto después de mostrarle los papeles y luego de medio cuarto estuvimos en la mansión con todo lo necesario, el, yo y nueve monjes que nos ayudarían portando sus ropas monásticas, instrumentos musicales y artilugios secretos para el rito. Antes que nada pedí hablar con don Vittorio y explicarle lo que estaba por pasar, esto fue lo que dijo luego de mi explicación.

- Hijo, viví mucho y mi pasar fue bueno, si lo que tú haces me devuelve la salud lo acepto.

- Bien señor, pero debe explicarle también su decisión a sus guardias y sobretodo dar su palabra de que no hay atrás, porque una vez comenzado el rito aquellas cosas inmundas que alberga su corazón querrán quedarse y pedirán que me detengan.- Don Vittorio pensó y llamo a sus tenientes y frente de estos dio su palabra que no importara lo que digiera después debía yo ser obedecido.

Sospeché de tanta diligencia y me explicare. Está bien que fuera un monje y que le salvara la vida, pero se estaba entregando a mí con apenas haber hablado una vez, algo me hizo sentir intranquilo, sobretodo el porqué, pero tampoco le di demasiada importancia, ya el futuro, si necesitaba revelármelo me lo aclararía.

Las aventuras de Qwon - #Wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora