L10 Viajando al sur - Identidad Nueva

2 0 0
                                    

Ya estaba por el tercer día de mi viaje y al parecer algo de atención había llamado ya que mi aspecto no era el de un lampiño real sino de uno inventado. Tomaría recaudos pero de verdad no me consterne ya que el primer intento uno suele fallar.

Una mañana llegue a un poblado en el cual estaba la oficina gubernamental que necesitaba. Atendiendo a la experiencia, ósea al error, comencé a buscar mientras llegaba a alguien a quien copiar y lo encontré. Era un lampiño que se podría considerar guapo, para cierto estándar, eso me facilitaría las cosas ya que los guapos tienen las cosas más fáciles, su talla era normal, ni grande, ni pequeño y su cabello era de un rojizo similar al que tenía mi pelaje cuando estaba en estado natural, así que antes de bajarme le pedí a este sujeto la hora así al responderme tendría su registro de voz, luego con un apretón de manos copie su misma esencia y estructura impresa en las hélices de la vida.

Al bajarme fui al baño de la estación, una vez dentro ingrese a una de sus cubículos, ya que allí no tenían cámaras, de todas formas al entrar cree estática para que no me grabaran. En la soledad del trono de las deposiciones me puse la nueva piel. Me estire un poco para acostumbrarme al nuevo tamaño, ajuste mis cuerdas vocales, ajuste mi mirada y cuando estuve todo coordinado volví a la estación.

Cuando caminaba entre la gente note que tenía hambre, este nuevo cuerpo era la copia de alguien que restringía la comida algo muy fuera de mi costumbre pero me controlaría, mi cuerpo no debía engordar como el anterior así que extraería la vitalidad directamente de mi ki y del rey.

Con unas simples preguntas a aquellas gentes encontré la oficina que buscaba. Aquel lugar estaba repleto y con una lectura al destino de esas gentes supe quien tenía el número que necesitaba para ser mejor atendido, recuerden era una oficina pública y burocrática.

Luego de unos instantes encontré a un peludo perro que estaba mirando su comunicador. Me acerque sin sentarme (no había lugar para hacerlo) y simplemente se paró, me dio su número yo le entregue el mío y se alejó. Finalmente fui llamado por la persona más preparada para llevar a cabo mis fines y luego de sentarme en frente de ella me dijo.

- Buenos días por que tramite viene.

- Vengo por documentos y tarjeta de identificación.

- Bien. ¿Su nombre?- Pensé y lo invente allí nomas.

- Shun Fang

- Bien deme unos instantes.

Desde un comienzo de la conversación, es más, desde que cruzamos mirada había empezado a comandar sus voluntades. Me tomo una foto con la cámara del computador y se alejó a terminar el trámite. Me puse a observar que hacía a través de sus propios ojos comprando las voluntades de todos los que necesitara para que nadie sospechara nada.

Lentamente y con extremo cuidado extendí mi presencia, en principio en la oficina, luego en el edificio entero para que nadie me recordara y para que borraran las grabaciones de mi entrada.

Paso el tiempo y vino no solo con la tarjeta, sino que en una bolsa como la de las comidas rápidas en cuyo interior había un comunicador nuevo, de los más modernos sin abrir, unos billetes y todo papelerío para asegurar mi identidad. Le agradecí y me retire.

Consulte en el computador callejero cual era el camión que más pronto salía y me dejaba más al sur. Fue un trabajo muy sencillo averiguar todo pero debía esperar más de un cuarto a que llegara, así que alquile una habitación. Permanecí en una habitación común, nada lujosa comiendo y descansando para emprender mi viaje luego con el anonimato que pretendía.

Mientras esperaba consulte con mi comunicador nuevo las noticias y si habían salido las del camión que rompiera para escapar junto con las de mi desaparición y allí estaban. Después de leerlas decidí no buscar más sobre mi vieja vida, no quería dejar ninguna pista de lo que hacía.

Las aventuras de Qwon - #Wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora