L9 El padrino (primer parte)

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Algo pasaba y no entraba nadie, volví a anunciarme, pero recién al rato se asomo un guardia de seguridad.

- Está todo bien aquí.- Estirando la ese dije.

- Si, por que lo dice.

- Porque me llamaron porque decían que había aquí dentro una pelea, hasta me señalaron que se había roto una pared por ello.

- ¿Pared? Mire si acá hay una pared rota.- Entonces se puso a revisar la pared y no encontró nada tirado ni roto, excepto la cámara de seguridad, por suerte use mi magia para reparar todo, menos obviamente, la cámara de seguridad.

- Sí, todo está bien por lo que se ve, pero afuera está rota.

- Lo invito a que lo veamos.

Juntos revisamos el lugar donde se decía que se había roto la pared, y no había nada.

- ¿Está seguro que fue aquí?

- Si, yo mismo vi cómo se agrietaba la pared y los sonidos.

- No habrá tenido algo que ver ese zorro.

- ¿Qué zorro?- Pregunto curioso

- Pues yo estaba por atender a un lampiño cuando apareció un zorro y se puso a pelear con él, luego los dos desaparecieron, yo me quede sentado sin hacer nada, al rato de esperar se abrió solo la puerta y en frente mío sin que nadie la abriera, se cerró y reapareció el zorro diciendo "todo está bien, sigue con tu vida".

- ¿Habrá sido un supe héroe?

- Quizás, no estoy muy enterado de ellos, paso mucho tiempo estudiando en el templo y en el colegio por ello.

- ¿Estudias en el colegio? ¿Cuántos años tienes?

- Veintitrés, pero estudio todavía porque de dónde vengo no había colegio.

- Ya entiendo, bueno, diré que todo está normal y que pase el siguiente.

Esa noche explique muchas veces lo que había "pasado" recordando bien cada detalle, y aproximadamente a casi la media hora llego un periodista a preguntarme lo que había pasado. Nuevamente conté lo que "paso" y debí asegurar que no conocía a dicho zorro y que no me había dicho su nombre ni nada, este me mostro en una cámara la filmación de cuando frenado la pelea de esos dos locos peleoneros y dije que sí, que era dicho zorro, al parecer el misterio de su aparición había llamado la atención de los periodistas y el público.

Salí ya muy de noche, tuve que hacer una hora extra para atender a todos los que me buscaban, la fama de milagroso había cundido y ahora procure ser más moderado en mis sanaciones, yo tenía ya mis asuntos que atender no deseaba ocuparme enteramente de esto.

Estaba realmente distraído en mis pensamientos cuando un auto muy largo, de negro brillante y de lujo desbordante se frenó a mi lado, me lo puse a mirar con mi bastón bien agarrado, una ventanilla se bajó y alguien de dentro me dijo.

- Buenas noches padre.

- Buenas noches y bendiciones para ustedes- respondí poniéndome lentamente en guardia.

- No se asuste, necesitamos su ayuda, tenemos un amigo muy enfermo y sabemos que usted es muy bueno con las agujas.

- Eso dicen, pero yo ahora tengo que irme al templo.

- Seremos muy generosos si usted accede padre, haremos donaciones por solo revisar a nuestro amigo.- Suspire

- Denme un segundo.

Entonces envié un mensaje a Shiro diciendo que llegaría más tarde aún y que salió un paciente de improvisto. Subí entonces a aquel auto y vi que tranquilamente entraba mi bastón, yo las tres personas que me acompañaban atrás y un chofer separado, por lo que parecía un vidrio oscuro y blindado.

- ¿Bebe padre?- Dijo tomando una botella que se veía deliciosa.

- Obvio, pero todavía no me he ordenado, llámame Qwon.

- Bien Qwon. ¿Te sirvo?

Viendo la heladera vi mi cerveza favorita, esta era fermentada en barricas de madera y la verdad hasta tenían un calentador para ellas, acepte aquel licor que me ofrecía, luego me serví y entibie una cerveza.

- Y Díganme. ¿Qué tiene su amigo?

- Él es muy viejo y cayo repentinamente enfermo, lo mantenemos en vida con máquinas y remedios, pero escuchamos por una mujer que limpia en nuestra casa lo milagroso que es usted.

- Me halaga, pero no soy más que un simple aspirante a monje. Salud.- Y levante la botella tibia y bebí. Algo me decía que la noche seria larga.

Las aventuras de Qwon - #Wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora