L8 Epilogo

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Caramba, este lugar no era como recordaba, cuantos años pasaron, diecisiete, veinte, veintiuno, no se, esta casa es muy....grande, al vicio, solo somos tres aquí. Mirando bien la casa solo construirla de cemento, madera y papel se me antojaba algo enclenque, ni un terremoto resistiría ni la lluvia de flechas que tuvimos que tolerar en mi reino el día de la sublevación. Pensar que ayer era rey, casi un dios, ayer tenía un hijo, y hasta un perro, hoy, soy un estudiante de instituto.

- Pero que carajos, tengo una tarjeta de crédito sin fondo y una radio que pasa música... creo que comprare un perro. – Dije para mis adentros. Interrumpiendo mis pensamientos dijo Jueding.

- Porque tan pensativo hermano mayor.

- Pues casi no me acordaba de sus rostros.

- No seas exagerado, solo estuviste afuera. ¿Cuántos días? ¿Tres acaso?.

- Si, solo tres días, pero los extrañe.

- Y a mí me extrañaste tontarrón.- Dijo Urusangal.

- No a ti no.

- Mira que eres malo, yo si te extrañe, por cierto, donde compraste ese disfraz, parece muy bien echo, casi real.

- Mi ropa, pues es una armadura encantada, es una cota de mallas del un reino de elfos.

- Ya me parecía.- Dijo Urusangal.- Hace unos días la vi en una película.

No pude contener una risa.

- ¿Y de que venia esa película?

- Pues de un peludo león blanco que peleaba contra monstros y zombis, muy loca era pero se basaba en una leyenda muy antigua.

- Qué curioso, no la conozco. ¿Y cómo se llamaba el león?

- Ärijel

Seguí cortando tranquilamente los ingredientes que tenía la receta era complicada y requería cierta concentración.

- ¿Te acuerdas como se llama el libro de la película?

- Si, se llama "Crónicas de Chiao GionGmao".

- Que nombre curioso, y que era la cosa ¿mas rara que viste en ella?

- Raro como raro era que siempre hacia referencias a su padre, que le había enseñado esto o enseñado aquello, pero lo curioso es que todas las estatuas de ese padre estaban cubierto con paños negros.

Ahora usaba la licuadora, que artilugio tan interesante la mixtura que se lograba era genial.

- ¿Y porque hacia eso?.

- Una vez dijo que era para que su padre volviera.

- ¿Y alguna vez volvió?

- En la película dice que no, pero según se en un foro comentan que según algunas leyendas sí.

- Que curioso, cuanta imaginación tenían antes.

- Si, la verdad. ¿Pero que te pasa, te pusiste mal?

- No nada, es que estoy un poco cansado.- Seque entonces una lagrima de mi rostro.- Mejor descanso un poco.

Me senté luego de poner a hervir todo como se debía hacer.

- Hermanito, te noto diferente.

- Es cosa tuya si estoy igual.

- No pero si estabas más gordo antes, ahora estas más morrudo.

- Te habrá parecido.- Luego de decir esto tome un poco de gaseosa, el sabor de las burbujas era algo incomparable.

Fi Fai Fo Fumm, que curioso, vivir en un mundo de hadas, nunca mejor dicho te pone fuera de tanta electricidad, ver televisión después de tantos años fue divertido, hasta mi computador funcionaba nuevamente y tenía conexión a la red. Mirando las noticias buscaba algo de lo ocurrido en el parador pero no había nada los chicos de negro habían echo bien su trabajo.

Luego de cocinar acomode todo, preguntando de tanto en tanto donde estaban las cosas, siempre tenia que aducir cansancio a esto lo cual me hizo beber agua negra tibia para despejarme. ¡Cuantos sabores! Realmente me había olvidado de todos ellos.

La fiesta de bienvenida a Jueding fue como debía ser, llame a unos amigos del instituto para que se unieran. Tratare de ser sintético, hubo alcohol, mucha comida y cuando esta se acabó salimos a escuchar buena música y para beber a algún antro.

En el camino recogimos a Shing Fei de la casa de los árcades, que se mostró feliz en salir con nosotros.

- ¿Te has peinado diferente?.- Me pregunto mientras me observaba?

- ¿Por que lo dices?

- Te noto el pelaje diferente, como más rojizo.

- Es que uso un champo natural ahora.

- Pues debes de pasármelo. ¿Dónde lo compras?

- No lo compro, lo hago yo.

- ¿Te lo enseñaron en el templo?- El templo, si que había olvidado como era.

- No, es una receta que encontré por allí.

Seguimos charlando mientras los otros bebían, luego nos pusimos a bailar un poco, claro esta que mi forma de bailar les resulto divertida ya que los movimientos elficos en la danza era algo diferentes a los de la música electrónica, pero tantas fiestas en el palacio y en los pueblos me dieron un instinto para este arte.

Al salir del antro lleve a su casa acompañado por Jueding y Urusangal, tal horas de la noche no eran para caminar solo, no vaya a ser que un zombi nos atacara. Ese pensamiento si me causo gracia.

Las aventuras de Qwon - #Wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora