L11 Las puertas de Pan Do - Calor

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Una desconexión plena de los sentidos te agudiza mas el instinto, y nosotros, sobretodo yo debí desconectar mucho mi ki para no ser detectado. Y allí estábamos, en un camión atravesando el desierto, o más bien unas áridas tierras baldías habitadas por seres simples y primitivos. Ya nos habíamos quedado sin dinero antes y tuvimos que trabajar en un restaurant haciendo de todo para conseguir el crédito y así continuar nuestro viaje, yo al menos aprendí varias recetas aumentando el provecho de esta parada. Esta zona estaba habitada principalmente por tres razas y dos eran peludas. La primera era los a Annuna, que eran reptiloides, y no digo ni lagartos ni serpientes sino reptiloides ya que no eran una única raza sino varias que convivían juntos como un solo bloque cultural. Estos Annuna eran de sangre fría, literalmente, tenían poco recelo ni remordimiento a la hora de hacer cosas, iban apenas vestidos cubriendo sus partes pudendas y no mucho más dándose también algunos a usar sombreros, tanto mujeres como hombres para evitar así ser encandilado por los soles. La segunda eran los Con, estos eran la mezcla de varias razas caninas (lobos, perros, zorros, etc) dando una nueva raza menuda pero muy resistente a tan altas temperaturas del lugar. Algunos Con eran más bajos y casi sin pelo mostrando su cuero gris, estos eran muy nerviosos y tímidos, llegando a temblar de emoción a cada rato. La tercera eran una raza lampiña llamado los Riga. Estos son como un típico lampiño, nada más que su tez era cobriza y acostumbraban tanto hombres como mujeres llevar pelo largo que a por cierto solo lo tenían de color negro. Sus cuencas rasgadas daban a ver por lo general ojos marrones, marrones claros o verdosos, raramente amarillos oro, considerando estos últimos algo de una gran belleza que otorgaba prestigio social.

Las tres razas convivían armoniosamente siendo los más cerrados los Riga pero no en el sentido de ser antisociales, más bien que sus costumbres, tanto en la moda como en el idioma, tenían muchos modismos (casi un dialecto) marcaban un fuerte acento ahun en sus propias tierras.

La tecnología aquí era terrarea, ósea de rocas y orgánicas llegando a tener extrañas fusiones entre máquinas y seres vivos.

El agua era más valiosa aquí, por lo escasa llegando a beber casi exclusivamente atreves de los alimentos, siendo la sandía, el melón, el coco y el cacto los más populares.

Y nosotros peludos, peludos lobos acostumbrados al frio, realmente solíamos sufrir mucho el calo. Para no convertir nuestro viaje en una tortura supimos ir vestidos en un principio con una mochila, algo que tapara nuestra entrepierna, nuestros bastones de viaje y sandalias de cuero y realmente no mucho mas.

Hoy estamos atravesando el desierto con nuestros nuevos sombreros y remeras largas para mantener el fresco, estas eran de color blanco (ligeramente ocre) para reflejar el sol.

Nuestro destino seria Ojeivi ya que un Con que conocimos en el restaurant , donde trabajamos, nos recomendó ese lugar donde vivían unos primos, ellos nos darían trabajo como labradores de campo para la cosecha para conseguir de esta forma nuestro crédito para así continuar nuestro viaje.

El camión se acuclillo, señal de que habíamos llegado, bajamos con la dirección en mano, mil ciento trece de calle Simbor. Nuestro destino era un bar donde trabajaba la hija de quien sería nuestro patrón, le entregamos una carta, ella la leyó y dijo.

- ¿Saben ustedes que es el cacto araña?

- No la verdad no.- Respondí agradecido del fresco del lugar.

- Este es una planta similar al cacto mezclada con una araña que pasta en los campos. Su deber es sacar por la mañana a pastar y por la tarde de vuelta. ¿Creen poder?

- Si, ya tenemos experiencia en arrear plantas.

- Bien, después del medio día viene mi hermano y los llevará.

Entonces utilizo una bola de cristal para hablar con el hermano y decirle que habíamos llegado, esta nos regaló una jarra de agua y comida que agradecimos frescamente; no estábamos de ánimos para ser "calurosos" con nadie.

Las aventuras de Qwon - #Wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora