L4 Una noche el poblado de Klezmer

2 0 0
                                    

Volvimos a nuestro vehículo y nuestro camino no fue ausente de gente había guardias y un sereno cantando las horas. La noche lo devoraba todo por dos razones, la primera, estaba nublado, la segunda la mayoría de las lunas estaban oscuras.

- Oscura la noche, ¿no te parece?.- Dijo Urusunagal de camino a nuestro vehiculo.

- Meh, a mi me parece normal, recuerda, soy feral.- Dije señalando mis ojos.

Y eso era una verdad, mis ojos no eran como los de él, yo tenía gran capacidad de ver en la oscuridad y aunque solía perder la mayoría de los colores en el proceso no me volvía completamente ciego en la oscuridad.

Al llegar a nuestro vehículo comenzamos nuestros preparativos para dormir, nos cambiamos de ropa, prendimos nuestras baterías para señalar que allí estábamos, reciclamos nuestra basura en nuestro condensador y pusimos como siempre nuestra radio.

Por alguna razón esa noche estaba más fría que cualquier otra, según mi ojo previsor, iría a nevar...mi ojo previsor ayudado por los anuncios de la radio. A todo esto había que decir que mi amigo no se llevaba bien con el frio, es más lo sufría mucho ya que su ropa de noche era insuficiente para abrigarlo (hay que recordar que el proviene de un desierto) y las sabanas y colchas no lo cubrían ya que sus espinas destrozaban todo lo que se le ponía encima. Yo al ver esto, me acerque a él y lo abrace y puse su cabeza junto a mi pecho acurrucándonos muy cerca el uno del otro para procurarnos calor, esto pareció reconfortarlo ya que se durmió enseguida, yo tarde más en dormirme.

La mañana fue oscura y despertó a Urusungal pero yo ya había vuelto, de noche lo cubrí lo más posible y volví a la ciudad volando a gran velocidad y busque un calentador de ambiente a agua para el vehículo, el pobre se lo merecía. Él se despertó lentamente reconfortado por el ambiente y lo vio.

- Caramba, ¿y de donde salió eso?.

- Fui a la ciudad y busque uno.

- Pero la ciudad está a más de una semana de viaje.

- Exagerado, pero creo que sí, pero a viaje de vehículo, si yo voy volando soy más rápido me queda realmente cerca.

- Gracias.- Y me dio un beso en la mejilla que me dejo desconcertado.

Esperaba un apretón de manos, un muchas gracias pero no un beso...ese era mi primer beso...ni Abu me había besado.

Bien, ya con algo de claridad me puse a buscar las hierbas que sabía que serían adecuadas para lo que les quería preparar, pero no solo había viajado esos puñados de kilómetros para hacerme con un calentador, sino que también había traído carnes que en esa zona eran raras, también un buen calentador de cocina, algunas especias y ollas. Saque todo a fuera y lo coloque como se debía y puse nuestro toldo para resguardarnos y con el agua que pedí en una casa cerana comencé a cocinar un rico guiso más unas papas acaramelizadas junto con una carne especiada.

Parece que llame la atención de los niños ya que algunos vinieron a mi para verme cocinar y me miraban muy divertidos. La música era mi compañera y musa, también Urusungal y la esposa del sacerdote que había venido para ver si necesitaba algo. La mañana fue amena, pero llego a un punto que solo había que esperar así que aprovecharía para practicar algunas posiciones de con mi compañero, todo ya con un grupo más nutrido de gente.

Cuando note que la gente comenzaban a irse supuse que se acercaba la hora de almorzar, así que volví a por mis ollas y vi que todo estaba en un lento cocinar, como a mí me gustaba, a su punto y tibias, pero yo las quería caliente.

Pusimos la mesa y las sillas justo a tiempo para ver aparecer a nuestros invitados. Yo en mi posición de anfitrión debía de ver que todos se sintieran cómodos, así que sería el que fuera a servir mientras todos charlaban. Estos bendijeron la mesa antes de comenzar a comer.

Mientras estábamos comiendo alegremente vimos a unos peludos cabreros que se dirijan al poblado. Supuse que tendrían hambre y los invite también a comer, pero a falta de espacio improvise una extensión en la mesa improvisada con un mueble que me procuraran los niños, esto fue recibido con mucho agrado por el monje y nuestros nuevos invitados.

Todos se vieron satisfechos con la comida, tanto por su sabor (que recibio muchos elogios) como por la cantidad, había cocinado como para tres veces más la cantidad que había almorzado junto a mi. Cabe notar una curiosidad, habían traído a la comida un pequeño ídolo en representación de sus ancestros y los ancestros del poblado, a los cuales, por tradición, se les había de servir primero una pequeña porción de alimento y bebida, dio miedo comprobar que el plato estaba vacío al momento de levantar el altar.

Limpiamos todo, guardamos a lo bruto en nuestro vehículo y nos decidimos a partir dejando atrás muchos saludos y deseos de un buen viaje, solo cabe decir una última curiosidad, en un momento me pareció que Urusungal buscaba tomar mi mano cuando me senté a su lado al entrar al vehículo, pero cuando el noto que yo lo percibía solo cambio la sintonía de la radio.

Cabe decir que después de Klezmer tuvimos que poner en modo vuelo a nuestro vehículo, no era muy buenos ni los caminos ni el andar por estos. En su modo de vuelo lo ayudaba con mi ki para que tomara velocidad y altura. Las noches nos sorprendía en agrestes lugares nevados o accidentados sitios de la gran cordillera, nos guiaba nuestro aparato e íbamos generalmente también orientados por una serie de pequeñas capillas las cuales muchas veces usamos como parador. Nuestra demora se debía más bien porque solíamos parar a entrenar, uno o dos días en un lugar. Yo solía volver a por provisiones para continuar nuestro viaje, trayendo de comida como de música y vituallas, ya que allí no había sintonía de radio civil.

Finalmente encontramos nuevamente un camino y aterrizamos en el esperando que algún poblado apareciera pronto, queríamos lavar nuestras ropas, bañarnos con agua caliente y dormir sobre camas. Extrañaría mucho esas noches de dormir abrazados con mi compañero y el estar acurrucados , pero bueno, así es la vida.

Las aventuras de Qwon - #Wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora