L9 Viaje en camion

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Finalmente llego la tarde y me junte con mi hermano menor del templo. El se vistió con su traje rojo para la salidas y estaba muy feliz vestido con mi típico traje naranja y amarrillo. Cuando le pregunte porque se vestía tan formal y porque estaba tan contento me dijo que hera porque no tenía muchos amigos en su pueblo ya que le tenían miedo.

- ¿Y porque te tienen miedo?

- Por las leyendas, luego te las contare.

- Bien, ya habrá momento para que hablemos, ahora hay que caminar.

Caminamos hasta la parada del camión que nos llevaria, la tarde era muy agradable y fresca. Al llegar a la parada notamos como nos miraban con una sonrisa y hasta nos ofrecieron sentarnos en los asientos de aquel lugar, yo los agradecí pero me negué prodigando bendiciones.

- ¿Notaste algo en el colegio?- Me pregunto mientras mirábamos la calle.

- ¿Algo como que?

- No se, algo raro. Antes de la hora de comer lo sentí pero no duro mucho, cuando salí de clases se había ido.

- Digamos que si, algo hay en el colegio o se acumuló en el, esperemos que no se repita.- Le dije.- Es asqueroso.

- Entonces lo viste, cuéntame por favor.

- Pues era un olor realmente nauseabundo como a carne podrida, luego vi en los patios a unos gusanos negros que se movían como yendo hacia alguna parte en el suelo entre los pastos, cuando tome uno me di cuenta que no eran animales normales ya que eran como cremosos y se deshicieron.

- Era unos Motokori

- ¿Y que es un Motokori?

- Estos son como los insectos que están en la antesala del camino de la tierra de los muertos. Algunos dicen que verlos da buena suerte, otros que mala, pero de seguro que algo sobrenatural esta por ocurrir. ¿Viste algo más?

- Nada más Urusangal me asusto y deje de verlos.

- ¿Tú puedes asustarte? Increíble.

- No te burles de tu hermano mayor, yo también me asusto.

- Cuéntame dos veces que te hayas asustado y que no fueran por los gusanos.

Tenía en mente al capitán, pero revelarle esto debería rebelarle otras cosas que no deseaba hacerlo en este momento.

- En otro momento te diré.

- ¿Cuándo?- Dijo insistiendo como un niño.

- Cuando tú me cuentes tus secretos.- Se me quedo mirando un rato y sonrió.

- Me parece que ese será un momento muy interesante.

Seguimos hablando pero esta vez de recetas de comida y yo tomaba nota en mi cuaderno, quien hubiera a suponer que unos montañeses tuvieran una cocina tan complicada. El me explico un platillo que mínimo tardaría algo así como tres dias ya que había que hacer muchas cosas, macerar, hidratar, hornear, grillar, ya lo prepararía apenas se me de la oportunidad. Continuamos con las instrucciones sentados en el camión y la verdad que me dio hambre hablar de comida, así que al subir un vendedor ambulante le compre sus golosinas, mi hermano no quiso.

- ¿Qué tanto miras?- Le pregunte mientras comía mis palitos con grasa negra.

- A esa señorita, no es muy bella.- Dijo señalando a una peluda.

- Si tú lo dices, no le veo nada especial.- Este hizo una mueca.

- ¿Como que no le ves nada especial? Mira ese rabo, esas piernas, esos pechos y esos bellos ojos, es hermosísima.- Hice un resoplido.

- Si tú lo dices.

- ¿Te gustan las mujeres?- Esa pregunta me rompió el centro.

- ¿Cómo que si me gustan? ¿A qué viene esa pregunta?

- Es por lo que dices me hace parecer que no.

- Se cuando una mujer es bella pero no me interesan para eso que tu insinúas.

- ¿Y a ti para que te interesan?

- No es tu asunto.- Y dando vuelta la cabeza para mirar por una ventana cerca di acabado el tema.

Las aventuras de Qwon - #Wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora