L6 Cabalga Lobos

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Antes de continuar les explicare algunas cosas de donde estoy, aquel lugar llamado "El otro lado". Llegar a él es muy fácil, tanto que no diré como ya que probando pueden llegar y meterse en artos problemas, o incluso morir. Este lado del maizal es muy diferente a lo que nosotros conocemos como realidad, en este lugar hay lo que se llaman "reinos bolsa", son pequeños reinos que se llegan atreves de portales de piedra y que no son infinitos, simplemente son bolsas en el entramado de la realidad. Estos reinos tienen sus propias reglas, diferentes, complementarias y hasta contrarias a la del otro lado. A los Reinos Bolsa amistosos se acceden fácilmente, los reinos que no lo son se rompen los portales cada vez que aparece uno, el Reino Bolsa de más baja calaña más famoso que hay es uno que llaman Infierno, pero nuestra historia no lo incluirá....creo.

Al día siguiente, día con pocas nubes, al remplazarnos con el relevo cada uno fue a su barracón, ellos tenían más comodidades por el echo de ser nuevos. Yo dormía en el suelo con un fino colchón de paja al lado de mi perro, en esa zona se acostumbraba dormir así y los que ya éramos adversados combatientes sin demasiados caprichos y por respeto a nuestros anfitriones imitábamos sus modos. Dormí plácidamente con Vadis a mi costado de forma muy profunda y pesada, de tal forma estaba complacido con mi sueño que este tuvo que despertarme a lambiscones cuando sonó las campanas de la hora de comer. La comida de aquella zona consistía en unas carnes cortadas a cuchillo de forma que quedaban trozos muy pequeños que acompañados con cereales que solo allí se daban. La única cocción que reciba esta comida era con un liquido frio, de sabor fuerte muy exquisito. Este manjar me lo lleve anotando cada paso de su preparación, desde el corte de la carne a la fabricación de aquel líquido. Se comía en platos hondos de madera con cucharas largas que me recordaban a hojas combadas. La bebida para acompañar esta comida era de una calidad acorde al plato que consistía en jugos de frutas mesclado con algunas hierbas, luego de eso comimos frutas hasta saciarnos. Al terminar la comida, que era la justa para mantenernos en forma, limpie mis manos y saliendo al patio salude al mar entre miradas curiosas y risueñas, salude al sol y me dispuse a empezar con las prácticas en el uso del arco.

Mientras estaba en estos menesteres, Axel y Axis hacían lo mismo con sus espadas de madera en los muñecos de entrenamiento. Al llegar la tarde note movimiento en el patio y dirija mi mirada al cielo, allí vi algo extraño, vi a un peludo lobo, completamente negro, con alas. Este estaba vestido con una toga simple negra, como arma portaba una daga ceñida a la cintura con una cuerda marrón oscuro. Este venía volando en un gran grifo y este a su vez era seguido por dos más pequeños completamente ensillados para montarlos. Luego de aterrizar escuche su nombre no de chismoso, sino porque mi oído es agudo. Se hacía llamar Cabalga Lobos y venia de un reino bolsa cercano, al parecer estaba entregando este pedido de grifos por el pago de una deuda con el elfo. Fui recomendado por el capitán del fortín, un enano para montar uno de aquellos magníficos animales. Estos grifos son muy tímidos, y de tímidos podían pasar a ser violentos. Su pico gris acero y sus ojos verde brillantes los hacían intimidadores, pero con la ayuda de Cabalga Lobos me pude acercar al más grande. Este me dio el entrenamiento básico de como volar, a mi y a Axel y Axis. Aprendí rápido en esos días y a pesar de mi esfuerzo no pude entablar amistad con aquel entrenador ya que parecía tener en lo hondo un dolor que le había comido las emociones del rostro. Era gallardo y su talante señorial, pero a pesar de todas estas virtudes su voz era plana y triste. Le pedí una última noche antes que partiera para poder agasajarlo con una comida cosa que me costó un poco convencerlo. Prepare para esta ocasión unos deliciosos platillos descubriendo de mi agasajado eran mas por los dulces que por otra cosa. Recibí gran elogio de parte de todos los que los pro probaran aquellas comidas. Al día siguiente este se despido de los grifos, de mí, del capitán, de Axel y Axis también. Fue volando con una velocidad a la utilizada para arribar el fuerte, este ser triste no volaba, nadaba en el aire como lo hace un delfín en el mar.

Las aventuras de Qwon - #Wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora