L3 La barriada

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Hay que ver lo bien que dormí aquella noche, todo tranquilo, desayunen con Abu, cocino el cosas de su tierra y muy sabrosas, pero no estuvimos solos, los niños que querían que los acompañáramos vinieron a desayunar con nosotros.

- ¿Qué lindo jardín tienes?.

- Volver a las fuentes es algo bueno, digo, la tierra.

A veces un poco de halagos de lo que haces, esta vez el jardín es algo bueno. La cosa es que desayunamos tranquilamente con un poco de música que daba aquel aparato que estaba sobre la pared.

- ....fuente.- lo mire sin entender

- Cada vez que escuchas la música te distraes, decía que sería lindo una fuente de pájaro en el jardín.

- Vez que si dices cosas interesantes, tienes toda la razón, ya construiré una cuando vuelva del gimnasio hoy. Se de lugares afables, pero ese colectivo no lo era, ya que con excepto el conductor, que ni nos miraba, el resto

Que decir, el día era realmente bello y fresco, no hacia tanto calor, aunque era muy de temprano en el día y no debía de entusiasmarme. Se puede tener presentimientos, pero como el de aquel día, todo mi ser vibraba, así que estaría alerta, pero...tiene sentido mi alerta, ya va como el tercer día que estoy así y nada ocurre, o no me daba cuenta. Sed era lo que realmente tenia así que tome algo de la bota que llevaba.

No solo lleve a los niños al colegio sino que nos bajamos con ellos y los entregue a la maestra presentándome, no mucho ya que llegamos y justo toco el timbre y tuve que despedirme, allí nos separamos yo y Abu, tendría que averiguar que hacia estos días, me causaba curiosidad.

Cuando caminaba por el centro de la ciudad despreocupado vi que una mujer abría un negocio que en el cual no me había reparado antes, tenía en el un extraño símbolo echo con flores y plantas y dentro había muchos ídolos. Al entrar me recibió un bello aroma, realmente muy bello de sahumerios de mucho tipo, por lo que veía había de maderas y flores y almizcle.

- Buenos días extranjero, buscas algo.

- Buenos días, pero no, solo estoy viendo.

- Cualquier cosa me preguntas.

Entre las cosas que vi en ese negocio había muchos libros y medallas y joyería, barata, pero al parecer con gran significado, luego al rato entro otra mujer, al parecer ellas dos atendían el negocio. Me fije en la pared un reloj (había aprendido a leerlo) tenía que controlar todo porque tenía el curso de computación a la mañana, cuando se hizo la hora las salude y prometí volver por algo más tarde.

El barrio en el cual me daban el curso era algo humilde, pero yo aferrado a mi bastón no tenía miedo a nada, ya que allí si me sentía justificadamente observado. En las esquinas había jóvenes, casi niños bebiendo y escuchando música, las calles eran de tierra y las casa sin pintar de techos metálicos, eso si era sorprendente. Después de preguntar varias veces llegue a la casa y salió una mujer rapiña excesivamente maquillada con el rostro como golpeado con harina (sobre todo por la hora del día).

- Disculpe, vengo por la clase de computadoras.

- Ya lo busco.- Y entrando me recibió un lampiño muy delgado.-

Describiría lo que allí paso, pero era simple, en frente de una computadora estuve casi dos horas aprendiendo a utilizarla, primero lo básico, que comandos se usaban para la exploración de datos, lo segundo algo de configuración y allí nos quedamos. Salí de allí muy feliz repasando todas mis notas hacia el centro cuando un joven típico de sus esquinas me dijo.

- Hey fierita, tienes una moneda para la birra.

- No.- Respondí y seguí avanzando.

Este me tomo del brazo diciendo.

- Che fiera, este es nuestro barrio, deberías ser mas educado.

Mire su toma, mire su rostro y le dije.

- No busco problemas pero tampoco te daré una moneda, así que suéltame.- Entonces saco un cuchillo.

- Vos serás grandote pero yo tengo un chuchilll......

Entonces simplemente le saque el cuchillo de la mano con un golpe, este voló por el aire, lo tome con una pata, zafe mi brazo y con las dos patas juntas lo doble guardándolo y poniéndolo en su bolsillo.

- Querido desconocido, no tengo ganas de tener problemas, asi que déjame ir en paz y si quieres dinero trabaja.

Este muy enojado quiso golpearme, simplemente esquive, pero al segundo golpe solamente interpuse mi bastón de recio metal, se hizo entonces mucho daño en el puño, me había cansado, me acerque a el empujándolo con el estómago al suelo y le dije.

- No quiero pelear, en serio, deberías buscar un trabajo.- Y me retire.

Entonces los que había en la esquina, como unos seis se pararon y comenzaron a gritarme cosa que a mi nadie me grita, entonces me fui hacia ellos con mis puños. El primero lo vencí con mi palma, el segundo lo vencí con otra palma, en tercero fue desarmado de cuchillo con un simpe golpe en su brazo y lo vencí con la rodilla, el cuarto con simplemente mover la rodilla flexionada fue arrojado al suelo, y el quinto de un simple coscorrón lo deje en el suelo, solo quedaba uno el cual me miraba asustado, yo avance hacia el.

- ¿Deseas algo de mí?.- Le dije tranquilo pero con mirada intimidatoria.

- No nada.- Respondió con voz muy asustada. Avance un paso más y este se tropezó y cayó sentado.

Hice una retirada graciosa antes de que salieran más de esas lacras. Fue triste ver como malvivientes tenían cooptado ese barrio, yo venía de un barrio más humilde todavía y no ocurría nada de eso, teníamos orgullo de nosotros mismo, en fin, esperaba no tener más que volver a aquel lugar, admito que fue divertido mover el cuerpo un poco, pero no quería llamar la atención.

El día recién empezaba y se auguraba muchas cosas bellas más, había que estar atento a ellas.

Las aventuras de Qwon - #Wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora