L2 Calipso Veraniego

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Van pasando ya dos días desde que frenáramos el viaje en el barco a descansar cuando decidí disminuir la velocidad para cansarme menos.

- ¿A que lugar nos dirigimos?.- Pintar toda una casa de blanco era insistir menos de que lo hacia el con esa pregunta.

- Mi dirección es un misterio, ya te lo dije.- Casa, esa era la palabra que retumbaba en mi cabeza pero bien sabía que allí no íbamos.

- ¿Qué raro?.- Lindo, había cambiado la conversación.

- ¿Qué raro que cosa?.- Dije pausadamente para no cansarme más, comenzaba a faltarme el aire.

- Allá, parece haber un barco.- Saco un artilugio y se lo puso en frente de los ojos.

- Y es un crucero de vacaciones.

Sea lo que eso fuere gire y aterrice en el barco más grande que viera en mi entera vida, tan grande era que era más grande que mi templo, más alto, más ancho, mas todo. Me recibió un grupo de gente muy asombrada que nos rodeó, sus ropas eran muy extrañas, hasta para los lampiños. Estos lampiños, la mayoría venían vestido de cortos pantalones multicolores y camisas muy grandes, con cosas en sus ojos que después sabría que eran anteojos pero de color negro y mucho venían con vasos de vidrio muy altos con bebidas de colores.

- ¿Quién es el capitán del barco?.- Pregunte a la pequeña multitud.

- Yo hablo en nombre del capitán.- Dijo una persona en vestidos militares completamente blanco.- Bienvenidos al "Calipso Veraniego". ¿Tienen su pasaje?

En esos momentos tuve una revelación, de tal grado horrible que tratare de revelarla.

Gente gritando por todas partes, gente corriendo y carros tipo rueda atacando aquel lugar, mi compañero Abu con su arma disparándole a aquellos lampiños de cinco dedos de forma valiente pero siendo superado. Entonces desperté.

Estaba entonces en el suelo rodeado por más gente vestida de blanco cercándome algo de comida cosa que acepte.

- Disculpen, me presento, mi nombre es Qwon.

- Si mi señor, es bueno que despertara ya le designamos un camarote para usted y el Señor Abu.

Lo mire a Abu y este me dijo.

- Ya pague con tu oro, no te preocupes, ahora descansaras muy bien.- Sea lo que viniera lo debería esperar descansado.

Dormí en esa habitación de forma muy cómoda para decir verdad y desperté de noche muy entrad con mucha hambre literalmente desparramado sobre la cama como si de masa de pan con mucha agua se trata. Mi despertar fue lento y captado claramente por Abu.

- Vamos, la comida no espera.

- Genial proposición.

Entonces camine por dentro de ese barco que era como una ciudad flotante, una ciudad de gente muy alegre y variada y servicial por cierto. El comedor, bastante más grande que el patio del templo, había comida por todas partes y de todo tipo y la verdad muy exquisita, se puede decir que comí hasta saciarme realmente, también se me ofrecía una gran cantidad de bebidas, las cuales rechazaba, solo bebería agua o algún jugo, debía permanecer alerta.

Cuando me senté a descansar de tal comilona Abu me pregunto.

- Siempre estas con esas ropas.- Dijo tocando mi traje.

- Si, desde niño no tengo otra cosa.-

- Bueno, ahora está roto y sucio así que lo cambiaras.

- ¿Cambiarlo? ¿Y por qué si se puede saber?

- Por ropa con la cual no llames más la atención.

Me sentía muy curioso y me deje guiar y fuimos a unas tiendas a comprar mucha ropa, mucha de verdad. Primero compre unos pantaloncillos de colores, que dejaban ver mis patas inferiores y un simple calzado para ellas, luego una camisa gigantesca de muchos colores y un sombrero de paja. Me sentía incómodo con eso pero lo dejaría estar, luego me compro un traje todo negro, con unos zapatos de cuero y allí decidí parar.

- Suficiente si, ya tengo mucha variedad de ropa.

- Que no la tienes y con esos colores te ves mejor, no digamos que el naranja te sentaba mal, sino que con esos colores pareces más joven.

Caramba un cumplido, me sentía incómodo así que para desviar el tema me metí en un salón donde todos parecían fumar, mala costumbre y jugar a juegos muy extraños, me acerque a una tabla con un paño de muchos colores.

- Abu ¿Cómo es este juego?

- Tienes que adivinar que numero saldrá en la ruleta.- Me señalo una rueda con una pequeña bola.-

- Pero eso es fácil.

- Seguro, solo concentrándome un poco puedo adivinar cual saldrá.

Entonces se separó unos instantes de mi Abu y vino con una multitud de fichas y comenzamos "el juego" y pasamos así largo rato hasta que digieran "banca rota", no le encontraba mucha gracia a semejante juego así que deje Abu con sus fichas y me dirijo hacia una sala más pequeña donde en un escenario había un comediante haciendo chistes, todo muy gracioso hasta que comenzó a hacer bromas sobre mi aspecto. Algo hubo en mi mirada de enojo que hizo a Abu sacarme de ese lugar.

¿Cómo siguió la noche? Pues entre juegos, compra de más ropa, esta vez para Abu y más comida.

Ese barco no dormía y la música tampoco.

Las aventuras de Qwon - #Wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora