L3 Cálculos Inesperados

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Explota la naturaleza con el cantar de pájaros en aquí hotel, pero estaba remolón y decidí dormirme de nuevo sin culpa alguna. La sabana de mi cama fueron removidas por Abu que ponía fuerza con que debíamos volver a la granja a ver qué era lo que había pasado que no entendía muy bien la comunicación de ayer, solo sabía que estaban bien. Tierra había en las escalinatas del bus ya que la lluvia lo había dejado allí, pero un poco en nuestros calzados no nos harían mella el día. De tan despejado que había iniciado el día se nublo nuevamente pero no tenía pensado salir hasta la noche que tenía el concierto. Los gallos ya levantados corrían con las gallinas por su alimento libremente cuando tocamos a la puerta de la casa, un recibimiento que se me antojo muy reconfortante. Ricos aromas salían de dentro ya que los niños estaban desayunando para ir al colegio, hoy nuevamente los acompañaría para luego volver a la casa a dormir tranquilamente. Los postres, naranjas y manzanas se me antojaron muy ricos y dulces y apropiamos para quitar el hambre a la mañana. ¿Por qué me sentía tan bien? ¿Intolerantes eran mis sentidos a lo bueno que me ofrecía la vida? ¿Mis días habían sido tan duros que reaccionaba suspicazmente a lo agradable de esta gente? Condolencias a mi alegría, pero asi parecía que era y estaba particularmente alerta, como si algo estuviera por venir en cualquier momento, allí mismo note que tenía acidez en el estómago al comer.

- ¿A que se debe la falta de apetito?. Ellos me preguntaron

- A nada en particular, me siento mal del estómago.

- ¿Comiste algo que te callera mal?- Me pregunto la madre.

- No lo creo, no creo que allá comida que me pueda caer mal.

- A mí me parece lo mismo.- Dijo el menor de los cachorritos.

- A mí también, pero algo me pasa, me duele mucho el estómago.

La señora de la casa se preocupó y dijo.

- Hoy no acompañaras a nadie al colegio, que vaya Abu.

- Me parece buena idea.- Dijo Abu diligentemente.

- Y tu te iras a la cama a dormir, te llamare a un médico.

- Si creo que será lo mejor.

Me fui a acostar y me acompaño el mayor de los niños (casi de mi edad) porque el ya no iba al colegio. Me saque la ropa poniéndome cómodas vestimentas para dormir y me tire allí. El medico vino (un lampiño) y me ausculto haciéndome doler y luego de hacer todas sus revisaciones me dijo.

- Señor, usted tiene acidez nerviosa y si no se le calma con estos remedios (estaba escribiendo una receta), volveré por más estudios ya que pueden ser también cálculos.

- ¿Qué son los cálculos?

- Es una enfermedad que viene por los nervios o por comer abusivamente.

- Caramba, no sabía que uno se podía enfermar por comer.

- No se ría, es enfermedad seria, usted deberá permanecer acostado todo el día de hoy y de mañana.

- Pero tengo un concierto de música esta noche.

- Tendrá que ser otra noche sino se agravara.

- No se preocupe doctor yo lo cuidare (dijo mi compañero que no era Abu en ese momento)

Y que decirles, por tres días no tuve ni fantasmas ni extraños vehículos en forma de rueda que volaban ni salí disparado al cielo con energías doradas y misteriosas, pase tres días a sopa y medicamentos.

Las aventuras de Qwon - #Wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora