El mercado

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Hay que liberarse de las responsabilidades para poder uno comprar en el mercado en paz. Qué diferencia hay entre el pueblo de Moloch y mis tierras, aquí no parece que los guardias fueran tan prepotentes ni violentos ni los vendedores tan molestos. Comer aquí, en mi tierra, o donde cocine yo durante tantos meses es muy diferente todo, tanto en la gente como en la comida pero si algo aprendí que la diferencia es lo que nos enriquece, salado y dulce, suave y áspero, liquido o cuajado, sus extremos son buenos, pero para hacer un buen pan, como para tener una buena vida hay que buscar un punto medio, porque un pan salado y un pan dulce no es pan. Sano algo mi espíritu el ver tantos ingredientes, pero había algo diferente en ellos, en la tierra de Moloch se veían diferentes, las manzanas más grandes y rojas, las naranjas más naranjas, era una diferencia sutil en cómo se veía, y cuanto duraban aquellas cosas, pero también era diferente su sabor, yo prefería el sabor de mis tierras. ¿Para que esforzarme tanto en esta comida era una buena pregunta? Tener una buena amistad con Mei Lin. ¿una amistad o algo mas? Vida...que vida podríamos tener si rompiéramos la ley de las castas, caramba, recién caigo en cuenta que esta comida es algo inapropiada, ella una noble, yo un pobre monje con algo de fortuna, pero que cosa, lo haría igual. Sana seria toda la comida, sana y deliciosa y realmente le presentaría todos sus sabores, los menos radicales, claro está, hay algunos que hay que criar un paulatino gusto para que el paladar no los rechace.

En mi deambular encontré un extranjero, un lobo feral, una hembra muy grande que parecía estar buscando algo, su aspecto desgarbado me hizo dar curiosidad y le pregunte.

- Buenos días bella dama, bienvenida a mi ciudad. Veo que olisqueas de aquí para allá. ¿Se te ha perdido algo? Seguramente podría ayudarte. Pero que torpe fui, me presento Mi nombre es Qwon.

- Mi nombre es Memoria, y si, algo se me perdió pero no esta en esta ciudad.

- Noble Memoria, deseas una buena comida, mi hogar te la brindara sin pedir nada a cambio.

- Gracias, pero no estoy acostumbrada a recibir regalos de gente que no conozco.

- Pero si sabes mi nombre, no soy un extraño, y yo se el tuyo así que no eres una extraña para mi.

- He dicho que no.- Para lo cual la loba se aleja rápidamente.

- Caramba, que alma triste debe tener que no reconoce la hospitalidad, o acaso le abre dado miedo, que gracioso- Dije para mí mismo y me sonreí.

Ya tenía el conejo, tenía los huevos, las manzanas y todas las cosas para cocinar y me puse manos a la obra para tener todos los platillos y así paso todo el día, cocinando para mis padres, mis hermanos un gran banquete con las monedas que había conseguido. La luz estaba bien y las puertas de mi casa abierta, sus ventanas bien, todo el que se acercara podría probar aquello que cocinaba hoy. Unos vecinos curiosos preguntaron si era una fiesta, le respondí que si y sabiendo que estos sabían de música les propuse invitarlos si luego tocaban algo para nosotros. Muy feliz estaba de ver tanta gente, tantos niños y una gran familia y amigos, todo era bello y finalmente la vi llegar como un botón de luz, allí estaba Mei Lin. La hice pasar presentándosela a todos que se persignaron como era debido y su perro quedo afuera cuidando la entrada, todo fue bien hasta que un joven noble entro de ánimos muy violentos gritando.

- Mei Lin, que haces en esta casa de plebeyos, es impropio de alguien de tu casta, has deshonrado a nuestra familia.

Esta estaba muy triste por aquellas palabras así que decidí intervenir.

- No te conozco extraño, me darías tu nombre.

- Tu no debes porque interrogarme monje, no eres quien para hacerlo.- Y este me abofeteo yo simplemente recibí el golpe pero apreté mi puño.

- Si monje, veo que estás perdiendo la calma, valla no eres más que una vergüenza para el templo y tus padres.

Esas palabras me humillaron y con un golpe certero en su estómago lo tire al suelo.

- No solo me has humillado a mí, sino a mis maestros, a mis ancestros, así que veremos si eres capaz de defender semejantes palabras. – Todos estaban estupefactos del horror de lo que había echo y llevándome al noble a empujones salimos afuera cuando unos matones me atacaron.

El primer palo lo esquive, el segundo también, igual que el tercero y el cuarto, me aleje de mi casa y era perseguido por aquellos y cuando el primero se me acerco le golpe con mis cinco dedos su pecho dejándolo paralizado, ahora solo eran cuatro. Estos sacaron largos cuchillos y arremetieron en mi contra, el primero fue desarmado, el segundo de un simple golpe en su cabeza fue dejado dormido, ahora solo quedaban dos que seguían intentado golpearme, pero con una sola patada barredora fueron dejados humillados en el suelo, luego de esto con un simple salto llegue hasta el noble y lo alce con una sola mano.

- He vencido a tus amigos que me atacaron a traición, ahora sigues tu.

Mei Lin grito fuertemente sosteniendo con delicadeza mi brazo diciendo.

- No le hagas daño a mi hermano, por favor.

Mi brazo fue guiado al suelo en paz y tranquilidad.

- Extraño, tu me has humillado a mí, a mis ancestros y a mi templo, pero la humillación será dejada de lado si prometes no tomar represalia contra mi persona y lo que yo quiero.

- Acepto plebeyo, pero no fuerces mi palabra que si no se la llevara el viento.

Todos aquellos trúhanes se incorporaron y se reunieron con el noble menos el que no podía moverse, chasqueé mis dedos y este se reunió en el resto.

Temblaba, temblaba y mucho de intensa furia yallí mismo me senté a meditar en la posición de loto. Poco a poco todo volví aser el mismo. Solo me extraño algo, había muchas mariposas azules esa noche.

Las aventuras de Qwon - #Wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora