L6 Madera Flotando

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Pasaron los días, tres para ser más exactos cuando vino la primer lluvia. Copiosa y molesta se tornaba esta para vigilar las costas pero aun así debíamos hacerlo ese era nuestro trabajo y responsabilidad. Mientras estaba en este menester aquella noche una idea me distrajo. ¿Por qué no traía aquí a Ariel? No sería mala idea además de costearme una casa fuera del fortín y hacer construir a su vez una empalizada fuera de este poblado. El traer a las familias de los soldados les daría más ahínco en la defensa de este fuerte. Todo en mi plan eran ventajas ya que estaría muy vigilado, sin contar el detalle que nos alejaríamos dela nostalgia y las ansias de abandonar nuestro puesto por ir con nuestra familia. Escribí esta misiva y días después llego el correo y lo aproveche para que llevara el mensaje al elfo pidiendo además todas mis cosas de estudio ya que el aprender de la magia en este lugar me era imposible sin mis libros y mis vituallas. El correo era un muy rápido caballo, no sé por qué no usaban un dragón y quien lo codicia estaba solo armado con una lanza portando además unas alforjas en las cuales llevaba de Wotan al fuerte los mensajes. Esa tarde misma partía del puerto un barco a otro fortín cargado de alimentos que por ese lugar se daban. Pasaron dos días sin más novedades que la lluvia y el mar devolvió tablones y una bandera, un barco había sido destruido. ¿Donde, como? no se sabía pero por una pintura al costado lo identificamos como nuestro. No había marcas de fuego en los restos del naufragio, era como si la barca hubiera encallado en algo pero según me dijeron allí no había arrecifes ni corales peligrosos, era una zona muy tranquila, no encontramos ni sobrevivientes ni mercancía alguna. Se armó un nuevo pedido pero esta vez fue por tierra custodiada a conciencia. A los días de este infortunio recibí la respuesta del elfo y este estaba de acuerdo con todo lo que le había sugerido. Me respondió que enviaría más soldados a ese fortín además material y trabajadores para iniciar la modificación, todas estas notificaciones las informe al capitan enano encargado de aquel lugar que se vio satisfecho por mi iniciativa, pero que la siguiente vez que pasara por alto su autoridad me haría cortar la cabeza con un cuchillo y la pondría arriba del mástil del patio. Al parecer y según mi agudísima intuición fruto de mis años de entrenamiento en el monasterio dio como resultado la deducción de que se había enojado. Los días pasaban y llego la información de que una bolsa cercana enviaría a un agente para el refuerzo del lugar. Este reino al parecer veía con agrado de que protegiéramos mas de una vez la destrucción de su portal. Pasaron no mas de dos o tres días de la llegada de la promesa de ayuda cuando arribo el contingente de trabajadores y refuerzos y con ellos Ariel con una enana que seria la que me ayudaría en los quehaceres de mi hogar. Esta era ruda, de aspecto algo mayor, con el pelo rubio muy claro atado en dos rodetes y con una verruga en la nariz. La mujer caminaba con gran marcialidad propia de alguien entrenada en el combate, nuevamente note que esta era una guerrera con mi agudísimo poder de observación por el hacha que ceñía a su costado, esta era pequeña pero de un filo envidiable. Su nombre era Frida y quedamos rápidamente de acuerdo en que ella mandaba. La construcción de mi casa, la primera en hacerse, fue echa a la usanza, en la medida de lo posible, a las de Pan Do, pero con techo de pasto y vidrios oscuros. Además de esta construcción pague por un patio, cosa que no se acostumbraba para sembrar un par de arboles, tener a Jun, mi grifo además de colocar en el un pequeño lugar donde poder entrenar en paz fuera de la casa. El arquitecto ya sabia de que algún capricho tendría había sido convenientemente advertido de ello y se mostro favorable a mis modificaciones. En esos días que se construían las cosas Ariel y yo dormíamos en una tienda de campaña juntos y pasábamos todo el tiempo posible el uno con el otro. El durazno me fue devuelto, por si se preguntan. Nuevamente llegaron maderas de naufragio, esta vez de un barco pescador. Algo estaba pasando, algo que no nos gustaba así que fui encomendado junto con mis ayudantes a escoltar por el aire a un barco correo que partiría de Fitzz Gerald hasta Summerset, un poblado costero dedicado principalmente a la pesca.

Las aventuras de Qwon - #Wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora