El panorama les confirmaba que ciertamente se habían quedado solos, ambos esbozaron una sonrisa cómplice mientras se miraban a los ojos y cuando pasaron junto a la piscina para llegar hasta la casa de la chica, Albert tuvo una idea y no dudo en compartirla con ella de inmediato, él se detuvo y la pegó a su cuerpo en un movimiento rápido y posesivo, envolviéndola en sus brazos.
—Te voy a tener todo un fin de semana solamente para mí y quiero que empecemos a aprovecharlo desde ya —susurró contra los labios de Delfina, mirándola con intensidad.
—Me tuviste los últimos días sólo para vos—acotó ella con una sonrisa mientras le acariciaba el brazo.
—Lo sé, soy el tipo más afortunado que pueda existir. Igual haré que estos días sean mejores... ¿alguna vez ha tenido relaciones en el agua señorita Chaves? —inquirió con picardía.
—No —contestó con una sonrisa sintiendo su cuerpo vibrar ante la sola idea de hacerlo.
—Perfecto, yo tampoco... los jacuzzis no cuentan —dijo él.
—Definitivamente los jacuzzis no cuentan —esbozó ella pícara, mientras negaba con la cabeza.
—Algo me dice que ya has probado los jacuzzis Delfina —mencionó Albert y el sentimiento en su pecho fue contradictorio, cuando ella asintió en silencio y dejó ver una sonrisa.
Por un lado le resultaba satisfactorio saber que ella tenía experiencia y por el otro le incomodaba que eso fuera así, se descubrió deseando ser él quien le enseñara todo. Era la primera vez que tenía pensamientos tan retrógrados y egoístas para con una mujer.
—¿Con tu ex novio? —le preguntó llevado por una curiosidad morbosa, mientras el corazón golpeaba con fuerza contra su pecho.
—Sí... y con mi tutor de francés —respondió ella, disfrutando de la sensación de haberlo sorprendido, al menos, por una vez.
—¿Qué edad tenía tu tutor de francés? —preguntó en un tono serio y clavó su mirada en ella.
La idea de que Delfina se hubiera dejado seducir por un viejo verde le revolvía el estómago, no la creía de ese tipo de chicas que se dejan deslumbrar por sus profesores, la creía más centrada.
—Cuando eso pasó.. él tenía veinticuatro —contestó sin darle muchos detalles para aumentar su curiosidad.
—¿Y tú? —inquirió una vez más.
Esta vez la sensación fue mucho peor pues se imaginó a Delfina siendo apenas una chiquilla de catorce o quince años, cuando cayó en las manos de ese malnacido pervertido, y eso le oprimía el pecho, pero sobre todo lo enfurecía.
—Diecinueve y para que quites esa cara de asesino, era un chico muy bueno que viajó de Estado Unidos a hacer una maestría en Buenos Aires — contestó con naturalidad.
Albert se había relajado un poco la tensión que había endurecido su mandíbula, pero su ceño se mantenía profundamente fruncido y aún miraba a Delfina incrédulo.
Ella debió notarlo pues se dispuso a continuar con su explicación.
—Tenía una beca que le cubría sólo algunos gastos, así que buscó un trabajo de medio tiempo en la Escuela de Idiomas, ésta siempre abría cursos para los estudiantes de las demás escuelas, Charles cumplía con los requisitos que ellos exigían, consiguió el trabajo y empezó a dar clases de francés —acotó sin mucho énfasis, como si eso lo explicara todo.
—Tú te inscribiste en el curso y terminaron haciéndose novios —no fue una pregunta, sino la conclusión a la que había llegado.
—Algo parecido, la verdad es que nunca fue algo oficial... mi familia no lo aceptó —respondió y desvió la mirada del gesto de desconcierto en los ojos de Albert. Dejó libre un suspiro y después continuó—. Charles no pertenecía a nuestra misma clase social, había estudiado gracias al esfuerzo de sus padres y el suyo propio, era un chico excepcional, pero mi mamá lo consideraba un bohemio por sus pensamientos de justicia e igualdad social. "Un abogado así nunca logrará ser alguien en la vida" Decía y la única vez que nos vio juntos fue tan maleducada con él que nos dejó claro que jamás aceptaría una relación entre los dos —esbozó ella con una pizca de tristeza en la voz.
ESTÁS LEYENDO
Ríndete a mi.
RomanceAlbert Baró y Delfina Chaves guardan un gran secreto. Ellos esconden dentro de sus corazones un gran amor que se quedó detenido en el tiempo y en un espacio que durante tres meses los albergó y los llevo a vivir la más hermosa e intensa historia de...