USA. Marzo 2018
Había pasado casi dos horas manejando por las calles de la ciudad sin saber específicamente hacia dónde ir, solo había salido intentando dejar de lado el tema de Albert, aunque su amiga la había animado a ver la entrevista completa y algunos vídeos recientes del joven, dejó de presionarla cuando seguramente notó que eso más que ayudarla solo la alteraba, no en el modo que había ocurrido días atrás sino en uno más peligroso, lentamente Delfina se iba dejando envolver por el encanto del actor y eso podía ser contraproducente, así que decidieron terminar con todo lo
que tenía que ver con el español al menos hasta que llegara el día del casting.Desde que decidiese darle luz verde a Albert para que viniera a las audiciones de Rendición, su cabeza parecía un torbellino que giraba y giraba cada vez más rápido, necesitaba enfocarse en algo, hacer algún tipo de actividad que requiriese de toda su concentración para no terminar actuando como una loca. Sin embargo, su corazón seguía corriendo como un caballo salvaje, sus emociones estaban completamente descontroladas, y lo peor de todo era que ni siquiera lo había visto aún.
Dentro de dos días saldría hacia Los Angeles para reunirse con el equipo de producción de la película, tendría que estar presente en las largas jornadas de pruebas de los actores principales, las mismas durarían varios días pues se habían anotado cientos, de todas las edades y perfiles físicos, aunque se habían hecho especificaciones claras para los protagonistas, todos deseaban tener una oportunidad aunque fuese como extras en lo que muchos anunciaban como el éxito taquillero del próximo año.
Para Delfina todo sería únicamente una cuestión de rutina si entre esos cientos de personas no estuviese quien la tenía al borde de un colapso nervioso, ya había perdido la cuenta de todas las veces que se había repetido que nada de eso debía afectarla, que ella era una mujer adulta que podía manejar sus emociones a cabalidad, siempre había sido centrada y profesional, podía ir y desempeñar el rol que le correspondía con total normalidad. Pero cuando pensaba en Albert todo su autocontrol fallaba desastrosamente, sabía que no saldría corriendo y se tiraría en brazos del español, no estaba tan mal para llegar a ese punto, pero tampoco podía asegurar que saldría ilesa de ese encuentro, mucho menos cuando el mero recuerdo del actor la ponía a temblar.
—¡por favor Delfina! Tenes que empezar por calmarte, por imaginarte frente a él y que tus piernas no se vuelvan de gelatina, no es tan difícil... ya una vez lo hiciste, no te dejaste envolver por Albert Baró a la primera, además ustedes terminaron como amigos, no existe razón alguna para que este encuentro sea algo peligroso. No olvides que él tiene pareja y aunque es una rubia espantosa y toda rígida, que más parece un maniquí que una mujer real... ¡Ya, basta! Deja de criticarla, ese no es tu problema, que Albert tenga gustos tan pésimos no es asunto tuyo, es
solamente de él... ¿A vos que te puede importar que la mujer sea hermosa u horripilante? ¡Nada! Así que concéntrate en vos y solo en vos, en recordar que ahora sos distinta a la chica que se tiró a una aventura, que tenes la vida que siempre deseaste y a un hombre maravilloso a tu lado... lo tenes todo y eso debe bastar, tiene que bastar — se recordó dejando libre un suspiro.Accionó el botón de play que se hallaba en el volante de su vehículo para encender la música, siempre la ayudaba a distraerse y en ese preciso instante lo que más necesitaba era eso, sacar de su cabeza la imagen de Albert sonriéndole, mirándola con intensidad, seduciéndola, haciendo que cada fibra dentro de su ser se estremeciese; no podía seguir así, debía controlarse si quería salir con bien de todo eso, tenía que hacerlo.
La voz de Kelly Clarkson cantando Never Again inundó el interior de su auto y de inmediato Delfina se sintió llena de energía, fue como si de pronto percibiera que podía controlarlo todo y que nada lograría desestabilizar sus planes, comenzó a acompañar a la cantante.
ESTÁS LEYENDO
Ríndete a mi.
Storie d'amoreAlbert Baró y Delfina Chaves guardan un gran secreto. Ellos esconden dentro de sus corazones un gran amor que se quedó detenido en el tiempo y en un espacio que durante tres meses los albergó y los llevo a vivir la más hermosa e intensa historia de...