Untitled Part 7

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—¿Q-Q-Qué? —susurra sin estar seguro de lo que acaba de oír o más bien sin poder creerlo.

—¿Ya han pasado diez minutos? —pregunta el otro hombre levantando la toalla.

—Lo digo por... vamos... considero que podría ser un buen seguro.

—¿S-Seguro?

—Es perfectamente incorrecto matar a tu esposo... ¿no?

—Oh... ¿van a casarse? ¡No tenía ni idea! —el hombrecito

—Ehh...

—P-Pero... —vacila Mr. Todd

—Oh, ¡claro! ¡Su esposa! —exclama el hombre

Aziraphale se humedece los labios ahora un poco nervioso con todo esto. Mr. Todd aprieta los ojos porque este tipo le está cargando mucho.

—No sé porque piensas que... si acaso algo fuera a importarles en esa línea... iba a ser justo eso.

—Porque es una cosa importante —Aziraphale le mira de reojo.

—Lo es, pero creo que eso solo haría peor el escándalo.

—No me lo parece, no tienen por qué saberlo. Y una vez hecho no se puede deshacer.

—¿Si no lo saben de qué sirve como seguro?

—Porque es... una institución. Crea una unidad y es indisoluble... vamos a ignorar la parte de la fecundidad. Y es ante los ojos de Dios.

—Es un SACRAMENTO, Aziraphale. Y es entre un hombre y una mujer.

—Eso dicen las reglas, pero el plan de Dios... —bufa un poco con eso, apretando los ojos.

—Es lo que te van a decir, si intentas refugiarte en ellas. Además... Vamos a ver, no estoy muy familiarizado con el rito, pero me parece que se hace en uno de esos... edificios vuestros en los que me duele estar... rodeados de las... cosas... esas —pone los dedos en cruz para explicarse—. De muñequitos de acción vestidos de judíos y de comics de quince metros hechos al óleo. Y aunque no sea así. Insisto que primero hay que pasar por el resto de sacramentos. La bañera de la desintegración, el pan de la acidez eterna...

—Tú fuiste una vez un ángel, Crowley.

—Y luego perdí los privilegios.

Aziraphale aprieta los labios porque esto sigue sin parecerle una mala idea y no esperaba... del todo que Crowley reaccionara a ella de esta forma.

—Está bien.

El otro hombre los mira de reojo, la verdad. Mr. Todd aprieta los ojos porque si antes ya quería pasar la noche con él...

—No, no está bien.

—Era solo una idea, Crowley.

—Y-Ya lo sé, pero aun así...

—Quizás tu idea era mejor. Dejar enfriar las cosas, luego intentar matarnos.

La mirada

I am too soft —murmura apretando los ojos—. Y... estás complicando a vida de Mr. Todd.

—No soy yo quien está ahí proponiendo... Cosas. Y de todos modos de eso trata una posesión diabólica.

—Vale, vale... —cierra los ojos otra vez. El hombre sigue mirándoles sin atreverse a decir nada, la verdad—. ¿Entonces?

—No lo sé...

—Quizás deberíamos pensar opciones para matar el uno al otro... —Ajem, o podrías decirme que vaya a tu casa o algo así. Aprieta los ojos con esa idea.

Sin CityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora