Bueno, así terminó esa "primera cita" que no era la primera aunque era una de las más memorables. Ahora vamos a la segunda. Ahí baja otra vez... esta vez mucho mejor vestido. Traje con bordados y... unas flores y un paquetito bajo el brazo.
Cielos, cielos.
Le ha traído, al parecer del futuro, unos tulipanes negros.
What?
No nos pongamos nerviosos.
Pues como... que... como...
Además está sonriendito, porque no ha pasado nada tan grave en el cielo como esperaba.
¡¿Pues qué iba a pasar?!
¡Pues a saber!
¡Pues... nada!
Igualmente ahí está, reluciente y contento, otra vez cantando en voz baja.
Ugh ugh ugh ugh ¡Él no trae nada! ¿Debía traer algo?
—Aamoooón?
Está por ahí vacilando y dando saltitos sin saber qué llevarle porque ha visto que lleva algo y él no tiene nada. Uh! Uh!
No es la primera vez que le lleva unos tulipanes negros.
Ojos en blanco.
¿Ojos en blanco? Esa reacción no es la reacción que esperábamos a "te llevo flores" ¡Ni siquiera huelen!
Esa clase de chistecitos son los que te llevan a recibir unos ojos en blanco, muñeco.
Raguel sonríe al verle hacer los ojos en blanco, acercándosele.
—Hola
—S-Salut!
—¿Qué tal?
—Bien... Bien.
—Ven acá y dame un beso a cambio de tus flores sin olor...
—¿Y qué pasa si no las quiero? —igual se acerca y le rodea la cintura.
—¿¡No quieres unas flores?! —levanta las cejas
—¿A caso las he querido alguna otra vez que las has traído?
—Todas las veces.
—Claro que no.
—Son negras.
—Por lo menos
—Vas a seguirte quejando —le mira a los ojos.
—Sí.
—¿Las tiro?
Le besa.
Raguel cierra los ojos y le devuelve el beso, ya para nada casto, levantando el brazo que no tiene las flores y tomándole de la nuca. Se separa después de unos segundos.
—Bueno, voy a tirar las flores entonces. O a hacértelas comer.
—Comer... —le sonríe.
—Tragar.
Las mira.
—Es parte de la comida del día —sigue el ángel y Aamón se acerca a una y la arranca de un mordisco—. Ehhhhh!
Se ríe con la flor en los labios.
—¡Suelta eso!
La escupe
—¡Te has comido mi flor!
—Y más veces lo haré con lo
Que te gusta... Es inevitable. Cuando tu Dios te pide .que comas flores, rezas para que no sean venenosas —le mira, porque eso dicho con segundas...
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Sin City
Humor-Lo sé, ¡¡Por el amor de Dios!! Pero no podemos hacer tonterías -protesta Aziraphale, preocupado. -Tampoco nos extralimitemos -responde Crowley levantando las manos hacia él-. No estamos como para exigirnos más de lo que somos capaces.