Gabriel tiene que ir por Raguel, que, por cierto, está evadiéndole y hay un método infalible para encontrarle
Ah ¿sí?
Sí, pero solo funciona para Gabriel.
Ahora nos da curiosidad.
Toma un post-it de su escritorio y escribe "Hola, Raguel. Necesito que nos veamos cuanto antes, por favor responde. Gabriel."
Lo pone en un sobre y ahora es un mensaje oficial del cielo para Raguel. No puede NO ser entregado. Y adivina quién tiene la ayuda infalible para entregarlo. Providencial.
Vale, vale, Raguel está en la azotea.
Hay... una... azotea en... el cielo. OK, paradojas para no dormir. Se va para allá igual siguiendo a la providencia del mensaje.
Raguel se está escondiendo ahí, sí, más cerca de Dios. Gabriel abre la puerta y se frota un poco los brazos al entrar porque ahí hace más frío. Ahí está, sentado a la intemperie.
—¡Raguel!
El susodicho, que estaba trabajando en el cuaderno, pega un salto y hace una mancha.
—Oh, Gabriel.
—Te estaba buscando.
—Ya lo imagino —se gira a mirarle y le sonríe cansadamente.
—Siento que estabas como... evitándome —Le mira inclinando un poco la cabeza.
—Uhm —se humedece los labios, chasqueando los dedos para desaparecer el libro y poniéndose de pie pensando que ha estado evitando precisamente esta conversación por dos mil años. Y de hecho, es una conversación que ha tenido con muchos elementos en su cabeza en distintas épocas. Suspira.
—Lo cual es raro porque todos los demás estaban buscándome, por lo que me han dicho.
—Yo también estaba buscándote.
—Hubiera preferido que me encontraras tú.
Raguel se humedece los labios y baja la mirada
—Probablemente te debo una conversación...
—Sí.
Suspira.
—Podríamos tenerla aquí si quieres... casi nadie sube —le aparece una silla al lado de la suya. Aún parece lo bastante nervioso como para casi no hacer contacto visual con Gabriel.
—Hace un poco de frío.
Raguel aparece dos mantas gruesas. Gabriel suspira y... vale. Toma una.
—Quizás preferirías bajar a la Tierra... pero quizás también me entiendas mejor cuando lo entiendas todo.
—Mmmm... Tal vez.
—Tal vez no... —agrega bajito. Parece mayor ahora, más encorvado y frágil porque son un drama los ángeles a veces.
No nos vas a convencer con tus truquitos psicológicos.
¿Quién piensa eso?
Ehm... No queremos decirlo.
¿Aamón?
Ejem.
Si fuera Aamón el que estuviera ahí estaría diferentemente histérico Sin duda alguna.
Ya, ya.
—Veamos.
—Probablemente estés enfadado conmigo, Gabriel... me siento culpable por darte la información suficiente... —Raguel suspira y se mira las manos.
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Sin City
Humor-Lo sé, ¡¡Por el amor de Dios!! Pero no podemos hacer tonterías -protesta Aziraphale, preocupado. -Tampoco nos extralimitemos -responde Crowley levantando las manos hacia él-. No estamos como para exigirnos más de lo que somos capaces.