Aziraphale sale del cine con la espalda recta, las manos a la espalda, la barbilla en alto e intentando doblar las rodillas pensando en sí debería ir a jugar a... comosellame eso qué ha dicho.
Canasta.
Whatever. O sea, sería raro no ir si es a lo que siempre va, no quiere levantar sospechas, pero ni siquiera está muy seguro de dónde demonios tiene que ir.
Eso... es una buena pregunta. Si te acercas a casa alguien seguramente te podrá decir.
Ni a qué se supone que tiene que jugar. No cree que sea algo de deporte, la verdad. Pero luego a saber...
Aunque seguro era uno de esos juegos de señoritingos... Esto sería más fácil si utilizara su bloody teléfono. Podría mirar los itinerarios habituales.
Literalmente creo que juega con señoritas.
Aunque a lo mejor en su librería había alguna... pintura rupestre que indicara algo. No puede creer que tenga que ir ANDADO así hasta ahí.
Puedes ir en autobús.
¡No va a ir en autobús! Si hay lo mismo de aquí a la parada que de aquí a la librería.
Así va él, en autobús a todos lados. Son cómodos y luego conoce gente.
Oooooooojos en blanco, hasta se echa un poco hacia atrás.
¡No seas dramas! Pero pues vale, ¡camina!
Hace gestos de latigazos con ese "¡camina!"
Más de una persona le saluda en la calle sonriendo, aunque esto ya le había pasado desde la vez pasada.
Devuelve sonrisas forzadas a la gente que le saluda.
La tienda te espera con gusto... aunque tienes que abrirla con llaves.
Ni siquiera se detiene a pensar que... habrá unas llaves.
¡No hagas milagros insulsos!
¡Entrar a la librería no es insulso!
¡Si cuando hay llaves con las que entrar! Pero vale, voy a callarme porque ustedes no nos regañaron tanto.
Exacto, gracias. Ni siquiera lo ha pensado. Mira alrededor en la librería porque... ha estado aquí muchas veces, pero nunca había estado aquí solo.
A excepción del día en que estuvo en llamas.
¡Ese día no era la librería!
No, no lo era. Es verdad. De hecho en esta ocasión es mucho más feliz con tu presencia. Aunque a la primera que abras un libro sin guantes...
La verdad, cerrar la puerta y poder dejar de estar en postura como si llevara un palo en el culo le hace sonreír y relajarse, quitándose el abrigo. Música, eso es lo primero.
¡No trae un palo en el culo!
A lo mejor le iría bien ponérselo y se le relajaría un poco el cuerpo.
Mejor no un palo, pero vale, hay un gramófono en el rincón.
A lo mejor debería pasar del juego de mierda e intentar eso.
Puedes intentarlo, en realidad. Espera... ¿Intentar ponerte un palo en el culo o el gramófono?
El palo. El gramófono ya sabe dónde está y cómo funciona. Son viejos amigos.
¡No vas a toquetearte en el cuerpo de Aziraphale! Si haces eso sin Aziraphale te JURO que... vale, no sé si te mata él. Pero seguro que te mato yo.
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Sin City
Humor-Lo sé, ¡¡Por el amor de Dios!! Pero no podemos hacer tonterías -protesta Aziraphale, preocupado. -Tampoco nos extralimitemos -responde Crowley levantando las manos hacia él-. No estamos como para exigirnos más de lo que somos capaces.