Untitled Part 1

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Bien, esta es la historia: Agua es la fan incondicional de Terry Pratchett, que hace como diez años leyó "Buenos presagios" un verano en la playa y nadie le hizo el más mínimo caso (como con el mundodisco) pero desde entonces no ha parado de comprobar involuntariamente una y otra vez como lo de los éxitos de Queen es el bloody running gag más certero e insufrible de la historia. Luego Michael Sheen la enamoró con cada palabra pronunciada durante seis capítulos de fanfiction televisivo en los que no podía creer que alguien haría que le gustara Aziraphale. Y por cierto. Sí, es el culpable absoluto de todo esto, que pese sobre su consciencia.

Aceite fue a arrastrada a esto sin ningún tipo de coerción, coacción o amenaza alguna y por su completa voluntad y libre albedrío. Palabrita del niño Jesús.

Por cierto, el título es provisional porque estoy subiendo esta historia de modo completamente inusual literalmente como... siete días después de que la empezamos a escribir, (de hecho, Aceite ni sabe que lo estoy haciendo, saludos para ella) así que no tengo ni idea de qué va a pasar en ella (Can I hear a wahoo?) pero mientras tanto...

Sin City

Aziraphale mira a Crowley por encima de su taza de té con cierta desaprobación, recatadamente sentado en la butaca de la trastienda de su librería, Con una pierna cruzada sobre la otra y un libro en su regazo.

Crowley deja de teclear algo en el teléfono apoyado... o más bien, desparramado en la butaca con las piernas completamente abiertas y habiéndose resbalado por ella como hierro fundido vertiéndose en un molde hasta que nada más la espalda sigue en la parte horizontal del asiento con la barbilla pegada a su pecho. Le mira por encima de las gafas de sol.

—Aún sigo sin entender esa fascinación tuya por los teléfonos —carraspea un poco.

—¿Un aparato que consigue atrapar completamente la mente de los humanos hasta que no pueden prescindir de él sin sentir pura ansiedad física? Es jodidamente brillante. El día que aprenda como puede ser algo tan idiota como Candy Crush así de adictivo...

—De los humanos y de un demonio... —comenta al aire en su insistente regaño.

—Me lo dice alguien que literalmente hace... —mira el reloj de su teléfono y se incorpora un poco hasta que el menos el culo vuelve a estar en contacto con el asiento—. Sesenta y siete horas, veinte minutos y doce segundos miró su nueva pila de libros y me dijo "si vuelve a sonar este aparato en las próximas setenta y dos horas espero que sea porque se ha congelado el infierno".

—¿Y por qué empecé a leer hace todas esas horas, Crowley?

—Seguramente porque fue cuando trajiste esos estúpidos nuevos libros.

—¿Así que vamos a ir con qué fue primero, si el huevo o la gallina?

—Tú y yo estábamos ahí ese día. ¿No lo viste desde la puerta del este del Edén?

—Yes. Y ese día lo primero que pasó fue que tú sacaste ese aparato —señala el teléfono con cierto desagrado.

—No dijiste nada de este aparato, dijiste del tuyo —se encoge de hombros y sonríe.

—¿Cuál mío?

—El que me dijiste que no querías que sonara.

—¿Yo?

Crowley parpadea un poco porque le parece que se ha perdido en la conversación en algún punto.

—¿Estás otra vez con ese asunto de la espada?

—No, me refiero al momento en el que se creó el huevo. Y la gallina.

—La gallina y el huevo. Y no sonó ningún aparato más que el tuyo.

Sin CityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora