Untitled Part 135

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Pero no es bonito e incluye mucho enojo y gritos y un desastre dramático en el cielo hasta que Miguel... decide que suficiente, que va a ir a buscarle.

De hecho creo que ya está volando en caída libre como un halcón. Trae la armadura y la espada y da un poco de miedo.

Ugh.

Y trae los ojos un poco rojos, vale, ¡no le preguntes!

Miguel toca la puerta del convento en el que Azrael le dijo que estaba Gabriel... a la tarde siguiente.

Y en las tardes Gabriel no está ahí porque tiene lo de la trompeta.

Ugh, bueno, Miguel está ahí en la puerta, sentada en una banca que milagrosamente ha aparecido esperando que vuelva usando Candy crush gracias a las vidas are le manda Crowley que parece ser el único que le da vidas últimamente.

Nah, Gabriel también le manda vidas y le da me gusta a todo lo que pone desesperadamente.

¿Incluso ahora que está en aislamiento? Miguel siiiigue esperando con poca paciencia y vidas. Aunque ahora está tremendamente absorbida jugando The Battle Cats que es como perfecto para ella... pero ya se le ha terminado la XP necesaria para seguir jugando y Gabriel no vuelveeeeee.

Pues es que no siempre acaba uno tan rápido como desearía.

Belcebú dice que no sea cínico, que él siempre acaba el primero.

Miguel tamborilea los dedos en su pierna, desconociendo un poco esta sensación de tener que ESPERAR a Gabriel. Eso no suele pasar. No en el cielo. Claro que Gabriel habitualmente sabe que le espera...

¿Eso es algo pasivo agresivo?

¿Lo de Belcebú? Sí.

Ugh.

Aunque esa última vez en el parque... todo fue distinto. ¡Pero no nos distraigas!

Para el drama que está montando, si no le gusta, ya podría parar.

¡Sí le gusta! De hecho, ahora mismo tendría pánico si supiera que MIGUEL va a hablar con Gabriel considerando los antecedentes con Raguel.

Creo que no va a ser exactamente la misma conversación, pero bueno, tras un bueeeeeeeeeeen rato, ahí va Gabriel. Se queda congelado al verla, aun con un sombrero (este es un panamá) y su traje de lino hoy... y la bolsa con la trompeta.

—Hey... —le saluda ella un poco con voz plana.

—M-Miguel... —se queda un poco congelado.

—Me dijo Azrael que te podía encontrar aquí... espero que no te importe que haya venido.

—N-No... —baja la cabeza.

—Esperaba que... —se aclara la garganta—. Esperaba que no estuvieras aquí... y que nada de lo que me ha dicho fuera propiamente cierto, pero veo que... —Le mira de arriba a abajo—. Sí que estás aquí y pareces estar... bien.

—Estoy bien.

—Bien... —repite no muy segura.

—Sí, bueno... ya sabes.

—Hmmm... En realidad estoy un poco perdida con todo lo que está ocurriendo... No sé si Azrael no se supo explicar o...

—¿Qué te dijo?

—Que estás renunciando a todo por... Belcebú.

—Bueno, el problema es que no es compatible lo uno con lo otro.

—¿Por qué no lo es?

—Pues porque tenemos normas, Miguel.

—Pues sí pero... Gabriel ¿Qué estás haciendo con ella exactamente?

Sin CityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora