—¿Y cómo iba a darme cuenta? —protesta también riéndose y le hace cariñitos en la nuca—. Eres como el peor marido que pudiera tener algui... —se le muere la frase en la boca al notar lo que ha dicho.
Vale... fulminada. Aziraphale también. Deja de reírse DE INMEDIATO.
Sandalphon parpadea porque eso ha sido brusco y la verdad, no ha notado lo que ha dicho. Es que Aziraphale hasta palidece, sin atreverse a moverse.
—Eh... S-Si... Si acaso lo... o sea... de... ehmm... c-cualquiera. EH-uhm... uhm. Yo... no... mmm... quiero decir que no... que... lo seas, era en sentido figurado.
Patada por debajo de la mesa. Inmediata. Crowley se calla.
—Ehm... Hello —Aziraphale mira a Sandalphon... y sonríe.
—¿Qué acaba de pasar? —le pregunta este.
—E-Ehm... Nothing!
—Mmmm...
—¿Q-Qué... crees que haya pasado?
—No lo sé, no he entendido nada.
—¿N-Nada de nada? —Aziraphale mira a Crowley de reojo
—This... is called flirt —responde Crowley.
—Tienes que c-conseguirte tu propio demonio para hacerlo.
—¿Flirtear? What?
—No te creas que es flirtear tanto.
—Claro que sí lo es, pero le da vergüenza admitirlo —replica Crowley—. Yo conozco a algunos demonios. Podría presentarte a alguno para hacerlo.
—¡No quiero hacer nada con ningún demonio!
—¡No me da vergüenza! Y... no sabes de lo que te pierdes.
—Sí, porque además para los demonios es súper desagradable —sigue Crowley.
—W-What?
Aziraphale mira a Crowley, que le guiña un ojo.
—Un sacrificada eres tú... —susurra.
—Mucho. Se lo he dicho a todo el mundo, esto es asqueroso y yo hago todo un sacrificio. Una mártir es lo que soy.
—Asqueroso...
—Desagradable y antinatural.
—Quizás pueda hacerte un favor y no volverte a besar.
—Eso sería de mucha ayuda...
—Bien.
—Espera, ¿de verdad esto les molesta a los demonios? Estás... ¿estás haciendo el bien? —pregunta Sandalphon.
—Desde luego.
—Quiero decir, yo ya se lo he explicado a Lord Belcebú y... —Crowley se detiene con ese asunto.
—Hmmm ¿qué?
—No hay nada que un demonio pueda sufrir más que un beso de un ángel —decide la demonio—. Es lógico, es una declaración de amor pura y los demonios no soportamos el amor es todo lo contrario a nosotros.
—¡Tú le estabas besando antes!
—Sacrificadamente... en realidad fue un intento de asesinato —Crowley le tiende la mano a Aziraphale para encajársela—. Tengo que felicitarte, has estado a punto esta vez.
—L-Lo no he... sí —le toma la mano.
Crowley se la aprieta como si le saludara y luego se la lleva a los labios para darle un beso en los nudillos porque es que mira cómo se enfadaaaa y las cosas horribles que tiene que decirleee e igual es una cínica
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Sin City
Humor-Lo sé, ¡¡Por el amor de Dios!! Pero no podemos hacer tonterías -protesta Aziraphale, preocupado. -Tampoco nos extralimitemos -responde Crowley levantando las manos hacia él-. No estamos como para exigirnos más de lo que somos capaces.