Untitled Part 75

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Mientras tanto, en el cielo, Gabriel... ha vuelto de la iglesia. Y se ha vestido por fin. Gracias. No necesariamente en ese orden. De hecho, esperemos que no en ese orden. Aunque no es como que nadie pueda recordar nada... impuro o impropio de él.

En la línea de... o sea, no estamos hablando de una cuestión del tamaña no de la trompeta, sino más bien del aire... puro de ángel asexuado. Insistimos, tal vez una cuestión de cuadro del renacimiento o quizás siempre había algo. Una flor, una vela, un banco, una biblia que por perspectiva.

Vale, vale... en realidad nadie está pensando en ese asunto más que Belcebú.

Sí, sí ha despertado al padre y lo ha bendecido también, por si acaso. Y expirado sus pecados, porque venga, dos por uno. Estamos de oferta.

Muy bien... el padre le ha mandado a decir unas aves marias.

Así que ha insistido que... no es suficiente. De verdad, INSISTENTEMENTE.

Bueno, unos padres nuestros también. Qué tal un poco de limosna a la iglesia y unas que vaya a misa... ¿cada cuánto va a misa?

No se va a sentir puro otra vez haciendo eso. Como cada mañana después del desayuno.

No se va a sentir puro nunca más.

Bloody hell, se supone que si se arrepiente y hace penitencia le van a perdonar, ¡de eso va todo esto!

Perdonado va a estar, sí, pero virgen no puede volver a ser.

Cielos... necesita más penitencia.

—¿Ama a la mujer con la que se acostó?

—¿Qué?

—Que si amas a la mujer a la que le diste tu cuerpo.

—Sí... No... No lo sé, ¿Qué importa eso? Ni siquiera era una mujer.

—Bueno, el amor es una atenuante.

—¿En qué sentido?

—Tener relaciones con la mujer que amas previo al matrimonio es una ofensa, pero tener relaciones exclusivamente por el placer carnal, sin considerar en lo absoluto una comunión amorosa es una ofensa mucho mayor.

—Q-Quisiera pensar que... esta no ha sido la peor ofensa que podría ser, pero no puedo engañarme con eso —traga saliva. El padre suspira.

—Y ella... ¿has tenido en cuenta sus sentimientos?

—Ella no tiene sentimientos, ha hecho esto exclusivamente con el motivo de corromperme. Y ha sido una gran victoria por su parte.

—Hmm... Hijo, sé que a veces es difícil entender eso, pero todos tenemos sentimientos. Y el que pienses eso así, puede ser una agravante más al problema.

—Padre... sé que no lo entiende, pero ella es un demonio. No estoy hablando en sentido figurado. Es su trabajo.

—Parecería una chica normal... quizás esta herida sentimentalmente. Quizás ella esperaba que fuera por amor.

—¿Qué?

—Que tener relaciones con alguien solo por el placer físico puede herir a uno de los dos. Y si has hecho eso quizás... debas hablar con ella y pedirle además disculpas.

—Pero padre... ella es la que estaba...

—¿Aja?

—Ella es... ella quería hacer esto y... yo fuí quien ya no pudo resistirse más. Soy débil.

—¿Estas seguro de que ella no esperaba un poco de ti? Igualmente creo que deberías disculparte por tu comportamiento.

—Ella... supongo que también pequé de soberbia. Yo estuve incitándola, creyéndome muy fuerte y listo... —suspira porque de verdad se arrepiente.

Sin CityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora