Untitled Part 163

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Aziraphale se ríe un poco más y alguien del sushi les carraspea encima una vez más.

Crowley se separa. Aziraphale se sonroja un poco... y carraspea, poniéndose tieso como siempre.

El demonio mira a ver quién les ha carraspeado. Es el dueño del restaurante de sushi, para odio infinito del ángel.

Crowley mira a Aziraphale aun sentado sobre sus piernas.

—Ehm... Konnichiwa, Taro-san.

El pelirrojo se vuelve a Taro-San, mirándole a los ojos mientras baja una mano por el pecho de Aziraphale hasta más abajo del vientre. El rubio traga saliva.

Taro-san recorre el movimiento de la mano de Crowley sobre el pecho de Aziraphale con la mirada.

Crowley levanta las cejas y mete la mano dentro de los pantalones del ángel aun mirando a Taro-San a los ojos.

¡Cielos, Crowley! Aziraphale pega un saltito

—E-Extraordinaria la comida, como siempre... —susurra casi sin aire.

—A mí me ha gustado el postre —añade Crowley.

—Ohh... Ehm... ya veo.

Crowley quiere un gemido de Aziraphale ahora. Gemido reprimido... inmediato. Sonrisa aaaaamplia.

—Es un placer que nos visiten... —comenta Taro-San cambiando el peso de pie.

El sonrojo doble de Aziraphale. Crowley ya no le hace impulsos eléctricos, pero sí que mueve los dedos.

—E-Es usted... m-muy amable —Aziraphale traga saliva.

El señor Taro abre los ojos desmesuradamente.

—Recuerdo la vez que... vinieron hace tiempo. No sabía que ya...

Crowley frunce el ceño porque también recuerda esa vez.

—P-Perdón...

—Pues sí. Ya —responde Crowley y se acomoda mejor.

—E-Estamos casados —aclara Aziraphale y Crowley traga saliva con eso.

—Ohhh... felicidades.

El demonio se sonroja y saca la mano. Aziraphale le mira... y sonríe. Crowley gira la cara, carraspeando un poco.

—Touché.

—Shut up.

—Le da vergüenza estar casados.

—¡No me da vergüenza! —sí se la da.

—Ohh... ¿por qué? Mr. Fell es un buen hombre.

—Sí, ya lo sé. Pero Mr. Crowley tiene una canción.

—No puedo creer... que vayas a sacar eso ahora —Aziraphale hace los ojos en blanco con eso.

El demonio se ríe

—¡Eso es bajo y vil!

—Podrías tener una canción.

—¿Vas a dedicarme una?

—Podrías tener ESA.

—¿La de Mr. Crowley? ¿Que fuera mía?

—Sí.

—Pero es tuya. Te la dedicaron a ti.

—Ehm... —Taro-san vacila mirándoles.

—Sí, pero...

—¿Ajá?

—Tú serías... no, no, vale. No habla de ti.

—¿Yo sería... qué?

Sin CityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora