Aziraphale protesta un poco y... Raguel hace drama, lo está pasando un poquito mal la verdad
Oh, vaya... pobrecito.
No te nos pongas sarcástico, Aamón. ¡Estás en un lío! Espera además que Aziraphale le cuente a Crowley que quien fue a verle es a quien estuvo buscando todo el día.
Crowley va a decir que por qué no le llamó.
¡Pues lo hizo! Y cómo iba a saber que era él
Peeeero primero.
La parte buena es que Aziraphale va a estar especialmente atento y cariñoso porque... le ha dado miedito que se consiga otro novio en un mal momento. ¿Ajá?
Gabriel...
Al bloody fin! Ya es hasta el día siguiente. Belcebú no ha dejado de dar vueltas.
No, hombre, es que queríamos acabar la otra parte.
Igualmente ha tardado hoooooooooras. ¿Qué hace? ¿La llama?
Sí.
Belcebú contesta antes de que suene casi el primer ring.
—Hey.
—Hola.
—Al final no hace falta que subas, le hemos encontrado.
—W-What?
—A Aamón.
—Oh... ya, ehh... Crowley me ha dicho que se le acababa de escapar. Pero...
—Sí, no me extraña. Raguel se lo ha llevado a no sé dónde.
—Ohh... ¿y tú estás solo, entonces?
—Sí, creo que voy a volver al cielo.
—Noooo... pero has... ¡pero no! ¡Gabriel! ¡Has dicho que nos veríamos!
—Ah, bueno, pues ven si quieres.
—¿A dónde? ¿En dónde estás?
—En... Belén. En el centro.
—What the hell, estás en... ¿¡dónde?!
—Belén.
—Bloody hell... Vale, vale, no pregunto. Si se corta estoy subiendo. Estás... no sé, ¿tocando la trompeta o algo? ¿Te busco en un bar? ¿En... la calle?
—¡No! —se sonroja un poco porque eso le gustaba—. Estoy en un bar, sí —suspira, entrando a pagar lo que Aamón se estaba tomando.
—¿En cuál bar? —pregunta Belcebú metiéndose desde ya a la tierra, súper ansiosa de verle aún.
—No tengo ni idea, estoy en una plaza.
—Vale, vale, ahora te encuentro... —Ahí van las moscas a buscaaaaarle—. Aunque no deberíamos ir a un bar...
—¿Por qué no?
Se corta un poco la comunicación mientras le explica los motivos exactos por los que no quiere ir a un bar, que tienen que ver con que se va a enfadar si hacen eso en un bar como siempre se enfada.
Ojos en blanco.
Una mosca se le para encima de la frente. ¡Bingo!
—Por una vez podríamos ir a un lugar tipo un hotel.
—¿Qué importa un bar o un hotel?
—Un hotel tiene comodidades... —una cama, por ejemplo, donde podemos por una vez acostarnos y acurrucarnos mientras me abrazas y me das besitos y entra el sol como me llevo imaginando por días. Se sonroja saliendo a la tierra.
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Sin City
Humor-Lo sé, ¡¡Por el amor de Dios!! Pero no podemos hacer tonterías -protesta Aziraphale, preocupado. -Tampoco nos extralimitemos -responde Crowley levantando las manos hacia él-. No estamos como para exigirnos más de lo que somos capaces.