Aziraphale termina su libro, tranquilamente y se estira un poco planteándose si leer otro o no. Sinceramente está bastante cómodo en esta camota... pese a que Crowley da vueltas y vueltas alrededor suyo cambiando de posición.
Termina por decidir terminar con el asunto del cielo de una vez. Va a ir ahí, va a decir que Crowley no tiene la misión de matarle y va a decir muy firmemente él se niega a su misión y que no va a matar a Crowley porque le ama. Punto. Vamos, porque él puede ser firme. MUY firme.
Porque le ama.
Ugh, shut up. Seguro que no va a conseguir decir eso porque Crowley tiene razón, nunca consigue decir siquiera que son amigos
Ah, ya... pero Crowley ahora no está ahí. Está dormido.
¿Qué va a ir a decirle a Gabriel que le ama así...? aunque ya se lo dijo la vez que parecía muerto. Ugh. Vale, "VALOR AZIRAPHALE, VALOR!" Se dice a sí mismo.
Se lo dijo Crowley no él. Fue una posesión demoníaca.
Cielos, Crowley, ¿puedes dejar de decirle a todos que Aziraphale te ama? Desde el cuerpo de Aziraphale, además.
Lo peor es que se burla de él pero él no se lo dice al resto de su parte. Solo a él.
Sí, lo cual es loable pero... Aziraphale también se lo dice a él.
Claro, claro.
Al final, Aziraphale se asea y se viste con cuidado, mirándose al espejo la C que le ha marcado Hastur y agradeciendo sinceramente que sea una C y no una H... Intenta quitársela... sin éxito, y refunfuña aún más cuando nota que a su saco también se le ve un poco! Bufa.
Crowley repta por el cabecero de la cama. Es raro que te cagas pero ahí no hay miguitas.
Debe tener en la cara.
Mierda. Puede huir, pero no puede esconderse. Esta sí es una pesadilla.
Aziraphale termina de arreglarse y de hacer cuidadosamente su lista del supermercado... y va a despedirse de él metiéndose un poco un susto al verle ahí colgado.
Luego se preguntan porque en una época creían que era un vampiro y porque a la gente le da miedo que un demonio los posea. La verdad, en parte lo que hace es buscarle porque tiene frío.
—My dear... baja de ahí —le pide con voz dulce acercándosele un poco—. Va a darte pulmonía.
Crowley se revuelve un poco pero al oír su voz se gira hacia donde está para buscarle.
—¿Qué haces fuera de la cama ahí trepado?
—Hisssssss
—No te despierto, no te despierto... pero venga... baja. Ya me voy.
—Mnn...nde?
—Me voy al cielo... vuelvo más tarde. Y tú estás pegado a la pared, helado.
—Mmm? —se despereza un poco porque no quiere que vaya.
Aziraphale le acaricia un poco la cara y él se le echa encima, ojos cerrados, para dormirse sobre él.
—Oh, venga, Crowley
—Hisssss
Le acaricia la espalda con suavidad así que se le abraza mejor, brazos y piernas. La verdad, eres bastante blandito y cómodo.
Seguro que sí, seguro que sí. Sonríe un poco y le aprieta contra sí.
—Diez minutos...
Sonríe un poco porque ¡se salió con la suya! El ángel le acaricia el pelo
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Sin City
Humor-Lo sé, ¡¡Por el amor de Dios!! Pero no podemos hacer tonterías -protesta Aziraphale, preocupado. -Tampoco nos extralimitemos -responde Crowley levantando las manos hacia él-. No estamos como para exigirnos más de lo que somos capaces.