Untitled Part 116

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—Bueno ¿y qué cantan? Ugh... ya podría venir Crowley a escuchar esto... CROWLEEEEY

Deben estar otra vez en el apres.

Ojos en blanco de Belcebú otra puta vez, ¡maldita sea!

Por lo menos la oye y se visten solos, aunque Crowley protesta que este debe ser el bloody noviazgo más hardcore de la historia. Ya podrían Gabriel y Belcebú dejar de... hacer todos estos inconvenientes para todos y aclararse solos.

Gracias a Dios, dice Aziraphale. Recomiendo que le griten que ahí va y Aziraphale sugiere que Crowley le embarre un poco de sangre en la cara.

—Sí, sí, vamos, vamos —creo que a Crowley se le ha olvidado que la está torturando.

—Tienes que... embarrarme la cara de sangre o algo, my love.

—¿Eh?

—Me estabas torturando.

—¿Qué? ¿Ahora vas protestar de esto?

—No, no... No estoy protestando —sonríe un poco—. Al contrario

Parpadea descolocado y ella le sonríe.

—Me refiero a que afuera deben creernos...

—Afue... ¡Afuera! —se acuerda de repente

—Ya, ya lo sé... —le mira son sonrisita porque mira que tonto de pone cuando están juntos... haciendo cositas.

—Vale. Vale, que resulte creíble, a ver —chasquea los dedos y la despeina, le rompe un poco la blusa y le pone sangre por todas partes como si viniera de hacer Carrie o de meterse al ascensor del resplandor.

Luego comprueba su obra inclinando un poco la cabeza y arrastra la silla hacia fuera con poca delicadeza.

—Ay... —se queja Aziraphale. La ángel anciana levanta las cejas al verla.

Aziraphale se hace un poco el inconsciente ayudando al show.

—¿¡Qué le hiciste?! Aziraphale... AZIRAPHALE! —grita el otro ángel.

—Lo que le haré a cualquiera que no coopere.

—Aziraphale, ¡cúrate!

—Mmm... s-stop it, Crowley... —susurra Aziraphale tan dramas.

—¿Vas a cooperar?

—S-Si paras sí, p-por favor.

—Está bien.

—Cúrate Aziraphale, no cedas —le implora Hariel

—N-No puedo... —eeeel drama

—Y-Yo se lo estoy impidiendo y lo haré con vosotros también —sigue Crowley y la anciana le mira con cara de pánico.

Belcebú mira a Crowley un poco con sospecha... y luego a Aziraphale de reojo.

—No... ¡no! —Hariel mira a la anciana con miedo—. Házmelo a mí, no la toques a ella.

—Vamos, responded a las preguntas —insiste Crowley.

—¿Q-Qué preguntas? —balbucea Hariel en pánico

Crowley mira a Belcebú para que las haga

—¿A quién le das en el tonto intercambio? —le pregunta a Aziraphale, que sinceramente no piensa que hable con ella hasta que nota que le mira.

—¿Y-Yo?

—Díselo, igual no conoce a nadie... nosotros se lo hemos dicho.

—A Uriel... le doy a Uriel.

Sin CityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora