Van a encontrarse a Gabriel y a Belcebú que van por el pasillo a... no sé dónde.
A besuquearse junto al lago de azufre. Desde luego.
Vaya.
Belcebú de hecho está buscando besuquear a Gabriel en el pasillo, sonriendo un poco atontada.
En el pasillo del infierno, ¿qué quieres? ¿provocar otra revuelta? Bueno, no, porque el rebelde está atontado de la hostia pero...
Pues... quien ha dicho que a ella no le gusta el peligro. Está jijiji, no hay nadie aquí.
Pero está todo sucio y...
Beso.
—Mpfs! —pero bueno, le devuelve el beso.
Le abraza un poco del cuello y se separa después de unos momentos.
Él la mira y Belcebú sonríe.
—Yo me río del peligro... ja-ja-ja-ja-ja.
—Anda, vamos a tu despacho —él sonríe un poco sin pillar la indirecta.
—Ughh, vaaale. ¿¡Vas a ir por Miguel? —pregunta Belcebú—. En serio quieres interrumpirles a la mitad de...
—No estará pasando nada.
—Ya, CLAAAARO —Belcebú le mira.
—No más que besos.
—Eso piensas tú.
—Aun no me creo que la haya violado.
—Yo creo que la violó como tú me violas a mis cada vez.
—¡Yo no te violo! —Gabriel tan indignado.
—Justamente.
—Pero yo soy un ángel.
—Yo tampoco te violo a ti, idiota.
—S-Sí que lo haces. U-Un poco.
—What the hell!
—Sí que lo haces un poco
—Ay Gabriel, ¡claro que no!
—Tienes que admitirlo.
—No lo hago, cada vez que lo hacemos, ¡quieres! Aunque te resistes.
—¡Hacemos lo que quieres tú!
—¡Tú también quieres! al menos un poco. Ugh... pues es que si vamos a de ir que yo te violo, seguro Luci si la violó a ella.
—No lo creo, ella es... muy dura.
—Quizás Ella le violó a él.
—¡Claro que no! ¡No blasfemes!
—Pues podría ser, tú podrías propasarte conmigo en cualquier momento.
—¿Disculpa?
—¡Podrías!
—¿Cómo exactamente? Si siempre estás encendida.
—Lo dices como si tú no estuvieras excitado también.
—¡Desde luego que no!
—Gabriel, si no te excitara no podrías penetrarme.
—¡Es una reacción del cuerpo contra mi voluntad!
—No te gusto entonces, tú cuerpo reacciona porque no tiene más remedio —Belcebú frunce el ceño con esa respuesta.
—Exacto.
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Sin City
Umorismo-Lo sé, ¡¡Por el amor de Dios!! Pero no podemos hacer tonterías -protesta Aziraphale, preocupado. -Tampoco nos extralimitemos -responde Crowley levantando las manos hacia él-. No estamos como para exigirnos más de lo que somos capaces.