Untitled Part 41

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—Quiero decir... si al menos fuera una cita doble sería más... sencillo.

—¿¡Qué?! Una... ¿¡qué?! No. ¡No! No podemos... ¡eso carecería de sentido en lo absoluto!

—Eso haría que su presencia no fuera sospechosa —de nuevo cambia el peso de pie, girando la cadera... porque tampoco quiere una cita doble, pero es mejor eso que nada o sea... por lo menos estaría ella distraída en otra cosa.

—No, no, no. ¡Yo solo quiero ver como lo haces ya que no me explicas bien!

—¿Qué es exactamente lo que no le explico bien?

—¡No me has dicho lo qué haces exactamente! ¡Paso a paso! —eso ya lo leerás en el informe de Aziraphale, querida.

—Pues a grandes rasgos es... pedirle una cita, llevarle a donde hayamos acordado, hablar con él. Mucho. Mucho, mucho, mucho. Todo el rato. Hacer que se ría. Molestarle. Luego flirtear hasta que se da la situación y besarle.

—¿Cómo flirteas?

—Pues... normalmente con... ehm... insinuaciones y dobles sentidos.

—Vas a tener que hacer un informe detallado de eso.

—¿Sobre flirtear? Es todo muy... improvisado. Como lo que me decía el otro día del "fucking kill"

Belcebú se revuelve porque Gabriel... es el que flirtea con ella. MUCHO. De hecho gran parte de este problema se debe a ello. Y además siempre lo hace de un modo salvaje, insisto.

¡Sí! Bestia ¿Sutilezas? ¿Qué sutilezas?

¡Ninguna! Probablemente si fuera sutil Belcebú no se habría enterado pero todo va tranquilo y de repente... boom, EL flirteo.

—¿D-Después del flirteo va un beso?

—Pues... depende. A veces sí. A veces hay simplemente que responder algo ingenioso de vuelta.

—Hmmm... ¿a-algo ingenioso?

—Sí, o sea... flirtear de vuelta.

—¿Flirtear de vuelta? ¿Cómo un ángel? ¡Ugh!

—¿Cómo un ángel?

—Pues son los ángeles los que hacen ese tipo de comportamiento ridículo...

—Eh... no. En realidad no. Esto forma parte de tentar y seducir. Más bien ellos juegan a no dejarse tentar y hacerse los difíciles

Belcebú levanta las cejas pensando que... o sea... ¿será que ELLA está... flirteando con él sin notarlo?

No, querida, lo que pasa es que tú estás actuando como un ángel y él... hum... bueno. No tanto. Ejem.

¡Sorprendentemente!

Pues sí, pero...

¡Pues es que es tan bestia el otro!

No es consciente.

—Vamos, es que... tentar a un ángel estaba un poco fuera del área de... —empieza Belcebú, nerviosa.

—¿De...?

—¡No suele ser un negocio rentable!

—¿Por qué?

—¡Porque solo tú estúpido ángel cae!

—Si uno cae, otros pueden hacerlo. Solo hay que encontrar la manera.

—Quizás... esta sea una forma de debilitar al enemigo y prepararlo para la guerra.

Sin CityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora